El partido de Kuczynski, Peruanos por el Kambio -un nombre elegido para que coincidiera con sus iniciales, PKK-, fue creado para participar en las últimas elecciones y es más un conglomerado de ex dirigentes de otras agrupaciones que una formación política homogénea desde el punto de vista ideológico. Tiene sólo 18 congresistas y es la tercera fuerza en el Parlamento, por detrás incluso del Frente Amplio liderado por Verónika Mendoza. Los acuerdos con este partido son fundamentales para que PPK pueda llevar adelante sus principales políticas sin necesidad de negociar con el partido de Fujimori. Pero esta misma semana las dos organizaciones no lograron presentar una lista unificada de candidatos a la Mesa Directiva del Congreso, y muchos analistas peruanos consideran que el nuevo presidente deberá acordar puntos básicos de su gobierno con el fujimorismo.

En entrevista con el diario peruano La República, Kuczynski dijo que su primera medida de gobierno será impulsar un programa de seguridad ciudadana “más efectivo” que el implementado por el presidente saliente, Ollanta Humala. La seguridad fue uno de los principales temas de la última campaña electoral. Una encuesta publicada el domingo mostró que 75% de los peruanos espera que en su discurso de asunción anuncie medidas al respecto.

Entre 2001 y 2013 la economía peruana creció a un promedio anual de 6,1%, la pobreza cayó de 55% a 24%, y la indigencia se mantiene por debajo de 5%. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en 2016 la economía latinoamericana se contraerá 0,6%, mientras la peruana crecerá 3,9%. Este hecho, junto con una inflación controlada (4% anual) y un déficit fiscal moderado (2,2%), es el resultado de un ciclo económico positivo, pero también de un manejo bastante pulcro de la economía peruana, cuyas líneas maestras se han mantenido con independencia de quién ganara las elecciones.

Sin embargo, en la sociedad peruana existe una demanda de que aumente la inclusión social verificada en los últimos años. El gobierno del PPK se enfrenta al desafío de acortar la brecha entre la población excluida por la falta de derechos sociales y la clase empresaria beneficiada por el boom económico. En particular, el nuevo gobierno deberá dar respuesta a niveles de informalidad laboral que rondan el 60% de la población activa y que significan un freno al disfrute de los derechos y el acceso a los servicios básicos. Estos trabajadores sin contrato no acceden al seguro de desempleo, no tienen un salario fijo, ni licencias, ni esperan recibir una jubilación. A este respecto, Kuczynski anunció que una de sus iniciativas legislativas será reducir los impuestos para las empresas que mantienen trabajadores informales. “Ningún país ha llegado a la modernidad con más de 60% de la fuerza laboral sin beneficios”, comentó.

Kuczynski, de 77 años, fue dos veces ministro, primero de Minas y Energía, en el gobierno de Fernando Belaúnde Terry, en los años 80, y luego de Economía, en el Ejecutivo de Alejandro Toledo, del que también fue jefe de gabinete. En su gobierno, anunció, espera impulsar programas de inversiones que mantengan la tasa de crecimiento de la economía y “generen recursos para invertir en agua potable, saneamiento, los colegios y la salud”. En este sentido, subrayó que pedirá facultades legislativas al Congreso para simplificar procedimientos para grandes inversiones. Además, dijo que no está preocupado por los conflictos sociales desatados por las industrias extractivas -minería y petróleo- durante los cinco años del gobierno de Ollanta Humala.

En Perú, la minería ilegal emplea a unas 100.000 personas en casi todas las regiones del país. A este respecto, Kuczynski anunció que creará una institución pública que comprará el mineral a los pequeños productores a mejores precios que los intermediarios ilegales con quienes actualmente interactúan. Sin embargo, las propuestas del presidente electo han sido catalogadas de “economicistas” y despiertan temores sobre los impactos ambientales, como la escasez o contaminación de agua que generan las industrias extractivas.

En cuanto a su política exterior, Kuczynski aseguró que se basará en dos principios: mantener relaciones amistosas y cordiales con el resto de países, y defender los principios democráticos. En una conferencia de prensa con periodistas extranjeros, Kuczynski aclaró que su gobierno no interferirá en otros países, pero dijo que en Venezuela se ha producido una violación de los derechos civiles y que existen “presos políticos”.

En materia de inserción internacional, Kuczynski dijo que su gestión impulsará la creación de fundiciones en la costa del Pacífico para refinar el concentrado de cobre que Perú exporta por vía marítima a China, Japón y Alemania. “Estoy hablando con posibles inversionistas, por eso voy a ir a China, muy probablemente a mediados de setiembre”, dijo. En relación con los países vecinos, el presidente electo seguirá con los gabinetes binacionales que se llevan adelante con Ecuador, pero planea impulsarlos también con Bolivia, un país con el que buscará organizar una reunión de empresarios. Con respecto a los vínculos con Chile, Kuczynski afirmó que mantendrá una “relación económica fuerte” con ese país, pero enfatizó en que defenderá el reclamo peruano de soberanía en el “triángulo terrestre” que ambos países consideran su territorio.

Según una encuesta elaborada por Global Research Marketing, 71,5% de los empresarios peruanos tienen expectativas “altas o muy altas” con respecto al próximo gobierno. De los ejecutivos, 25,5% tiene una expectativa moderada y sólo 3% tiene una expectativa baja sobre lo que hará el gobierno en los próximos cinco años.

El pasado de Kuczynski -fue directivo de empresas mineras e industriales- hizo que se hablara de que su gabinete de ministros sería “a la Macri”, es decir, un “gabinete de empresarios”. Kuczynski rechazó esa caracterización del elenco ministerial y dijo que en todo caso son “profesionales”, y agregó que los “mandamientos para un ministro son ser modesto, recibir a la gente, no tener ningún conflicto de interés, estar dedicado con inmenso entusiasmo a la tarea. Y visitar el Perú”.

Hablando de Fujimori

“Si no lo hizo el actual presidente, es altamente improbable que yo lo haga”, dijo PPK el martes cuando se le preguntó cuál sería su decisión en torno al pedido de indulto presentado por el ex presidente Alberto Fujimori. Agregó que la sentencia que pesa sobre Fujimori debía cumplirse, aunque reiteró que si el Congreso aprueba una ley de arresto domiciliario para los reclusos adultos mayores que padezcan una enfermedad, él la firmará.