En la carta, difundida cuando está en marcha el último tramo del juicio político que puede apartarla definitivamente de su cargo, Rousseff manifiesta que en caso de que sea absuelta en ese proceso se compromete a promover un plebiscito sobre la posibilidad de adelantar las elecciones previstas para 2019. “Mi responsabilidad es grande. Me aproximé más al pueblo, tuve la oportunidad de oír su reconocimiento, recibir su cariño. Oí también críticas duras a mi gobierno, a los errores cometidos y a las medidas y políticas que no fueron adoptadas. Tomo esas críticas con humildad y determinación para que podamos construir un nuevo camino”, destaca la “Carta a los Brasileños”.

Rousseff insistió en su inocencia respecto de las acusaciones sobre un supuesto manejo fraudulento del presupuesto y dijo que si el Senado llegara a confirmar su destitución, se estaría ante un golpe de Estado. La presidenta, que fue elegida en 2010 con 46,8% de los votos en primera vuelta y 56% en la segunda, recuerda que en caso de ser destituida, 81 senadores tendrán más peso que 110 millones de votantes. “Sería un inequívoco golpe seguido de elección indirecta”, sentenció.

“No basta la desconfianza política para apartar a un presidente. Se debe configurar un crimen de responsabilidad. Y está claro que no hubo tal crimen”, dice Rousseff, que entiende que la crisis política y económica del país se solucionaría mediante el voto popular en elecciones directas.

La presidenta de Brasil fue suspendida de sus funciones el 12 de mayo, cuando el Senado comenzó un proceso de juicio político cuya fase final se iniciará el 25 de agosto. Para que Rousseff sea apartada del cargo se requiere una mayoría calificada de 54 votos (dos tercios del Senado), que los partidos de centro y de derecha parecen haber reunido. De hecho, diez días atrás, una votación para dar continuidad al proceso recogió los votos favorables de 59 senadores, frente a 21 que pidieron que se archive la causa.

Según Rousseff, es necesario hacer una reforma política que supere la fragmentación de los partidos -existen 27 partidos políticos de alcance nacional en Brasil-, que traiga ética al financiamiento de las campañas electorales y otorgue más poder a los votantes.De acuerdo con la carta, además, el reconocimiento de su inocencia reafirmaría “el Estado democrático de Derecho” y pondría en marcha el camino hacia “una nueva jornada política”, que adelante las elecciones. Rousseff también insiste en la necesidad de que continúen las políticas sociales que “transformaron la vida” de la población y destaca la importancia de generar “más y mejores empleos”.

Recuerda que desde el inicio de su mandato, las “medidas, acciones y reformas necesarias” para enfrentar la crisis económica “fueron bloqueadas, bajo la lógica irresponsable de ‘cuanto peor, mejor’”. Afirma que “Brasil vive uno de los momentos más dramáticos de su historia” y dice que está orgullosa de ser la primera mujer electa presidenta de su país. “Tengo el orgullo de decir que ejercí el mandato de forma digna y honesta. Honré los votos que recibí. En nombre de esos votos y en el de todo el pueblo de mi país, voy a luchar con todos los instrumentos legales de que dispongo para asegurar la democracia en Brasil”, cierra la carta, en la que Rousseff manifiesta su confianza en que “la democracia ha de vencer”.