En un ambiente pesado, con permanentes gritos y silbidos desde las barras, la Cámara de Diputados chilena interpeló el martes a la titular de Justicia del gobierno de Michelle Bachelet, Javiera Blanco, por diferentes escándalos ocurridos en los últimos meses en el ministerio que dirige. En el centro del debate están las muertes de niños y adolescentes a cargo del Servicio Nacional de Menores (Sename), el organismo estatal que tiene a cargo la protección de personas menores de 18 años en extrema vulnerabilidad, que depende del Ministerio de Justicia.

Semanas atrás, René Saffirio, ex miembro de la Democracia Cristiana y actual diputado independiente, dijo que no confía en las cifras oficiales que indican que son 185 las muertes de menores a cargo del Sename desde 2005. Aunque no citó la fuente de sus datos, dijo que en realidad los niños y adolescentes fallecidos son 477, incluyendo a los residentes en centros de protección y aquellos que infringieron la ley. La cifra del gobierno fue cuestionada años atrás por un informe de UNICEF, que señaló que sólo en 2010 los casos de muertes en el organismo eran 75, cuando la información entregada ese año por el Sename a la comisión investigadora de la Cámara de Diputados establecía que eran 15.

La ministra de Justicia, que hasta el momento cuenta con el apoyo de Bachelet para permanecer en el cargo, se ha negado a especificar la cantidad de muertes. El martes, cuando se le pidió ese dato, dijo que no iba a entregar una cifra “irresponsablemente, por respeto a las familias”, pero se defendió diciendo que el escándalo surge ahora porque es la primera vez que un gobierno hace el recuento. Acerca de la discrepancia de números, Blanco aseguró que se estaba recabando la información para conocer los criterios que usó UNICEF para llegar a la cifra, y que por esa razón se negaba a opinar. Ante las preguntas de la diputada interpelante, Marcela Sabat, del partido derechista Renovación Nacional, Blanco se defendió diciendo que en el ámbito de los menores a cargo del Estado “históricamente no se hizo nada”.

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Funcionarios del Sename, Alicia del Basto, se quejó de que se centraran las críticas en Blanco, que lleva un año en funciones, y dijo que “históricamente ningún gobierno se hizo cargo de lo que pasaba en el servicio”. Del Basto considera que “se tendrían que hacer cargo históricamente todos los ministros de Justicia”. Se refirió a la intención del diputado Saffirio de destituir a Blanco y dijo que “lo invitaría a trabajar un mes dentro del Sename para que vea la realidad de cómo suceden las cosas”. La directiva de la organización de los funcionarios se congratuló de que se reconozca la situación en la que está el organismo estatal y admitió que también cree que los menores fallecidos puedan ser más de 185. Agregó que “no se ha hecho lo que se tiene que hacer de parte de distintos gobiernos”, porque “los niños no votan”.

El oficial de protección de la UNICEF Anuar Quesille se refirió a la crisis que afecta a la institución encargada de los menores de 18 años vulnerables y dijo que es necesario que exista un trabajo intersectorial de todas las carteras vinculadas: Salud, Educación, Vivienda, Trabajo y Previsión Social. Mencionó que se debe fortalecer a los grupos familiares y así evitar que los niños lleguen a estas instituciones. Acerca de las muertes, el oficial dijo que “no pueden fallecer niños a cargo de instituciones del Estado”.

El sistema chileno de “protección” de niños y adolescentes se divide en dos grandes áreas. Una es la de “protección”, que debe garantizar los derechos de aquellos cuyas familias “no están capacitadas” para hacerse cargo de ellos -algo que determina un juez de familia-, y otra es la que recibe a los menores que cometieron delitos. Según el diario chileno La Nación, a fines de 2015 eran unos 100.000 los menores de 18 años en hogares y centros del Sename. Adicionalmente, ha quedado en evidencia, a partir de una serie de investigaciones, que los niños vulnerables son cuidados por personal sin capacitación y que se han recibido quejas por maltratos, sobremedicación y negligencia. Las causas de las muertes, en algunos casos conocidos, sorprenden por su nivel de violencia.