Los diputados de Brasil votaron la destitución del ex presidente de la cámara Eduardo Cunha, después de un extenso proceso que comenzó hace 11 meses. La votación terminó hace minutos: 450 legisladores votaron a favor, 10 en contra y nueve se abstuvieron. Eran necesarios 257 votos.

Cunha está acusado de haber violado el Código de Honor del Congreso al mentir ante la comisión parlamentaria que se instaló para investigar la red de corrupción en Petrobras. Al ser interrogado allí, dijo que no tenía cuentas bancarias en el exterior, algo que fue desmentido por la Justicia suiza, que ya lo investigaba por este motivo.

Partidos minoritarios de izquierda denunciaron al entonces presidente de la cámara baja ante el Consejo de Ética, que en octubre comenzó un proceso en su contra que terminó en junio, después de que Cunha utilizara su cargo para generar varias demoras y postergaciones. Para ese entonces Cunha ya no presidía la cámara. En mayo el Supremo Tribunal Federal lo suspendió debido a que consideró que el diputado también había utilizado su cargo para frenar el avance de las investigaciones judiciales sobre sus vínculos con la red de corrupción de Petrobras.

Desde junio estaba por fijarse la fecha en la que se votaría en la Cámara de Diputados la destitución de Cunha, pero él logró, nuevamente, que esta instancia se postergara en distintas oportunidades.

“Quieren entregar mi cabeza como un contrapunto del proceso de impeachment [contra Dilma Rousseff], y ese es un error que va a tener consecuencias”, había dicho más temprano Cunha en declaraciones a los medios en las que también dijo que no le preocupa perder su cargo de diputado y criticó al gobierno de Michel Temer. Afirmó que el actual presidente es un “rehén” de los partidos que respaldaron la destitución de Rousseff y que tiene “un mandato que es resultado de una crisis”. Agregó: “No da para comportarse como si se hubiesen ganado las elecciones, llevando adelante un programa que no fue discutido ni presentado ante la sociedad”.