Las autoridades provinciales de La Pampa, Río Negro y el sur de la provincia de Buenos Aires, en Argentina, intentaban controlar ayer los focos de incendio que se reavivaron el fin de semana a causa de los fuertes vientos que golpearon esas regiones.

La provincia más castigada fue la de La Pampa, donde el fuego ya destrozó unas 300.000 hectáreas. Incluso obligó al gobierno provincial a interrumpir la circulación de vehículos en la ruta nacional 22. La decisión se tomó debido a que dos personas murieron y otras dos resultaron heridas en un accidente de tránsito en momentos en que había poca visibilidad a causa del humo.

En la provincia de Buenos Aires el fuego arrasó 200.000 hectáreas, algo que se traduce en “pérdidas económicas millonarias” para los productores agropecuarios de la zona, según dijo a la agencia de noticias Télam Alcides Haure, dirigente de la Federación Agraria Argentina.

En Río Negro, el gobierno provincial se preparaba ayer para declarar la emergencia en las zonas afectadas por el incendio, que consumió unas 500.000 hectáreas de campo. Además, en todos los casos, los incendios forestales provocaron la muerte de animales, informó el diario Página 12.

Una situación similar se vive en Chile, donde se registraron 71 incendios desde la región de Atacama, en el norte, hasta el Parque de Las Torres del Paine, en el sur. Del total, 15 todavía están activos, según informó el diario chileno La Nación.

Dos de ellos se encuentran en la región de Valparaíso. El primero destruyó 220 casas en el sector de Laguna Verde y el segundo es el incendio del sector de Bucalemu, en la comuna de San Antonio, donde las autoridades llamaron a la evacuación preventiva de 20 viviendas y mantienen la alerta roja. El ministro de Agricultura chileno, Carlos Furche, confirmó el martes que hubo personas que participaron intencionalmente en la propagación del fuego de Valparaíso, que dejó a 19 bomberos heridos. Furche aseguró que los responsables de que se extendieran esos incendios son “perseguidos” por las autoridades y que serán “condenados”.

El director de la Corporación Nacional Forestal de Chile, Aarón Cavieres, comunicó ayer que cada uno de los incendios le costó al organismo aproximadamente 400.000 dólares.