El Ministerio Público de Brasil anunció el inicio de una investigación para conocer los motivos de la caída del avión en el que viajaba el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) Teori Zavascki, responsable de las investigaciones sobre políticos presuntamente involucrados en el esquema de corrupción de Petrobras. El avión de pequeñas dimensiones en el que viajaba Zavascki partió de San Pablo y cayó en aguas cariocas, causando la muerte de cinco personas. Entre los fallecidos están Zavascki y Carlos Alberto Fernandes Filgueiras, dueño del grupo Emiliano, al que pertenecía la aeronave.

Líderes políticos de todos los partidos brasileños lamentaron la muerte del juez. La ex mandataria Dilma Rousseff, que fue quien lo designó para su cargo en el STF en 2012, dijo en un comunicado que se perdió “a un gran brasileño”. Por su parte, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva opinó en un video que Brasil “perdió a un ciudadano que honró la magistratura en todos los puestos que ocupó”. Además, el senador y presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña, Aécio Neves, consideró que Brasil “tiene una gran deuda de reconocimiento y gratitud con el ministro”, mientras que Romero Jucá, también senador y presidente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, aseguró que la muerte de Zavascki es “una gran pérdida” para Brasil, “en especial para la Justicia brasileña”. Otros políticos y jerarcas del Poder Judicial también manifestaron sus condolencias.

Zavascki murió mientras analizaba lo que en Brasil se ha llegado a denominar “las delaciones del fin del mundo”. Se trata de los testimonios de 77 ejecutivos de Odebrecht, incluido el ex presidente de la compañía Marcelo Odebrecht, que fueron presentados en el marco de un acuerdo entre la empresa y la Justicia brasileña. En las pocas declaraciones que se han filtrado a los medios de comunicación en los últimos meses aparecen muchos políticos brasileños, entre ellos jerarcas del gobierno de Michel Temer, incluidos el propio presidente, que fue mencionado por Marcelo Odebrecht y otro funcionario, y su ex ministro de Gobierno, Geddel Vieira de Lima, que renunció tras las filtraciones. Zavascki interrumpió sus vacaciones la semana pasada para comenzar a estudiar estas declaraciones y definir contra qué políticos avanzaría la Justicia, algo que se esperaba que sucediera en febrero. Se presume que, debido a su muerte, este proceso se vea retrasado. Los medios brasileños especulaban en las últimas semanas con que las declaraciones no sólo tengan consecuencias judiciales, sino también políticas, si se traducían en más acusaciones de corrupción contra integrantes del gobierno y una pérdida de apoyo de los partidos que conforman su base aliada en el Congreso.

“Una muerte extrañísima”, dijo Marcelo Calero, quien fue ministro de Cultura de Temer pero se fue en malos términos. Por su parte, uno de los principales investigadores del esquema de la corrupción en Petrobras, Márcio Anselmo, publicó en Facebook: “Este ‘accidente’ debe ser investigado a fondo”.

La muerte de Zavascki deja un signo de interrogación acerca de cómo continuará la investigación de la corrupción en Petrobras en el STF. Según el reglamento del órgano, Temer debe designar a un magistrado para que ocupe su lugar y asuma la investigación, pero podría haber un conflicto de intereses, ya que Temer puede convertirse en uno de los investigados por el juez que él mismo designaría. Una de las posibilidades que se manejaban ayer es la de que, adelantándose a una situación de este tipo, la presidenta del STF, Cármen Lúcia, designe a otro de los ministros para que encabece la investigación.