El primer día de 2016, el economista Enrique Peñalosa asumió el cargo de alcalde de la capital colombiana. Había ganado las elecciones con promesas de que trabajaría al frente de un equipo técnico y no político, y su triunfo terminó con 12 años de gobiernos de izquierda en Bogotá. Ya entonces, incluso antes de que asumiera su cargo, existía un movimiento a favor de revocar su mandato. Lo integraban, entre otros, partidarios del anterior alcalde, Gustavo Petro, de izquierda. Ahora, cuando Peñalosa acaba de cumplir un año en el cargo, la iniciativa de revocar su mandato se formalizó.

Integrantes de sindicatos, otras organizaciones sociales y partidarios de Petro presentaron el lunes ante la Registraduría Distrital el pedido de revocar el mandato del alcalde de Bogotá, un cargo que es considerado el segundo en importancia en el país, después de la presidencia. La solicitud llega en un momento en que Peñalosa cuenta con un apoyo de apenas 22% y un rechazo de 62%.

Hay varios movimientos que se formaron para promover la caída del alcalde. Según el diario colombiano El Espectador, el más conocido es el que se llama Revoquemos a Peñalosa. Su vocero, Leonardo Puentes, dijo a ese periódico que en el grupo hay “gente de todos lados: hay verdes, progresistas, algunos liberales, animalistas sin partido, militantes del Partido Comunista”. La propuesta, además, cuenta con la simpatía de diversos dirigentes políticos.

Uno de ellos, César Augusto González, impulsa otro movimiento para la salida del alcalde, Bogotá Mejor sin Peñalosa, y existe una tercera organización de este tipo: Unidos Revocamos a Peñalosa. Este grupo está integrado por el sindicato de profesores de Bogotá y los de dos empresas públicas que el alcalde privatizó. Uno de los argumentos que presentan quienes lo quieren desplazar del cargo es justamente que quiere vender la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá y parte de la Empresa de Energía de Bogotá.

Son varios los aspectos de su mandato que generan rechazo. Se le cuestiona su política de seguridad pública, ambiental, de transporte y de salud. Generó protestas la reapertura de la Plaza de Toros Santamaría, que si bien no fue dispuesta por él, se llevó adelante bajo su mandato, y tampoco cayó bien que al discutir con quienes se oponen a un proyecto urbanístico planeado en la reserva natural Thomas van der Hammen, Peñalosa descalificara ese espacio diciendo que era “un potrero”. Según informó la revista Semana, muchos habitantes de Bogotá rechazan aspectos de la personalidad del alcalde o no le tienen confianza, y eso explica el 62% de desaprobación. Ese porcentaje no se aleja demasiado del 69% que llegó a tener durante su primer mandato, en 1998-2000.

Parte de la política

Aunque defensores de Petro apoyan la iniciativa de desplazar a Peñalosa de su cargo, el ex alcalde de izquierda planteó meses atrás sus dudas con respecto a esta campaña, sobre todo por las dificultades para reunir el apoyo necesario en firmas y en votos. Pero finalmente Petro consideró que es necesario llevarla adelante para frenar los diversos planes de Peñalosa.

Una vez que las autoridades dispongan que se puede comenzar a recolectar firmas, los promotores de esta iniciativa tendrán seis meses para presentar un número de apoyos equivalente a 30% de los votos que tuvo el alcalde. Una vez que reúnan esas firmas, un total de 271.818, se convocará un plebiscito en el que se pondrá a consideración de la ciudadanía la propuesta de revocarle el mandato. Para que la votación sea válida, deberá participar al menos 40% de quienes lo hicieron en la elección de alcalde de Bogotá, y para que Peñalosa deje ese cargo, deberá disponerlo así la mitad más uno de los votantes.

Si la iniciativa tiene éxito, el resultado favorecería a aquellos políticos que la promovieron, y esto puede incidir en particular en la popularidad de algunos candidatos a diversos cargos para las elecciones de 2018. Según El Colombiano, si el mandato es revocado, esto podría impulsar candidaturas de Jorge Robledo y Gustavo Petro a la presidencia. Una concejal que apoya a Peñalosa, Lucía Bastidas, dijo a ese periódico que la campaña para apartar del cargo al alcalde es “una estrategia politiquera para las campañas de 2018”. Agregó: “Como ni Petro ni las FARC [la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia] quieren criticar [al presidente Juan Manuel] Santos, están concentrados en hacer campaña contra Peñalosa”.

Si Peñalosa se mantiene en su puesto, señaló El Espectador, el más favorecido será Cambio Radical, el partido que en su momento lo impulsó como candidato a alcalde, y al que además pertenece el vicepresidente colombiano, Germán Vargas Lleras, que aspira a postularse a la presidencia en las próximas elecciones.