Un experimento formal y temático, una exploración de posibilidades encastradas, La sangre de los árboles, el texto que el chileno Luis Barrales escribió a pedido de la actriz argentina Juana Viale y de su colega uruguaya Victoria Césperes resultó un acierto. Este mes vuelve nuevamente a Sala Verdi con la ejecución musical en escena de Jacqueline Oroc al contrabajo. Las funciones son el sábado 4 a las 20.30 en el Centro Cultural Florencio Sánchez del Cerro, y el domingo 5 y lunes 6 de noviembre a las 21.00 con entradas generales a $ 400 y 2x1 para Comunidad la diaria en venta en Tickantel.

La trama argumental tiene como puntapié una espera que interpela las identidades, como es el resultado de un examen de filiación, que es el que pone en vilo a Leonor y Manuela, desconocidas hasta entonces. Antes de morir, sus padres les confesaron que tenían una hermana perdida y ambas decidieron ir al encuentro de la otra. En ese limbo de posibilidades, la dramaturgia estalla en tonos, niveles y usos de los recursos a la mano. Un espectáculo al que acercarse dispuesto a dejar lo racional en suspenso.