“Brasil venderá petróleo a extranjeros a precio de banana”, advirtió ayer la ex presidenta Dilma Rousseff en un comunicado publicado en su página web, en el que se refiere a la subasta para la explotación de yacimientos de petróleo en la plataforma marítima, conocida como presal. En la instancia de hoy se aplicarán por primera vez las modificaciones dictadas en noviembre de 2016 por el gobierno de Michel Temer para la adjudicación de estas explotaciones. El principal cambio es el que elimina la condición de que Petrobras cuente con una participación mínima de 30% en los consorcios a los que se les entrega la explotación. Para justificar la modificación, el gobierno argumentó que un incremento de la participación privada serviría para reactivar y generar empleo en el sector petrolero.

En la subasta de hoy, 15 empresas disputarán las concesiones de ocho bloques del presal. Para rechazar esta operación, ayer se conformó un Frente Parlamentario para la Defensa de la Soberanía Nacional, con más de 200 diputados y senadores, la mayoría del Partido de los Trabajadores (PT). Uno de sus integrantes, el líder del PT en la Cámara de Diputados, Carlos Zarattini, dijo que “la entrega” del presal forma parte de una “estrategia antinacional” que incluye la privatización de varias empresas públicas y “la destrucción de derechos históricos laborales y económicos del pueblo”.

Por su parte, en el comunicado Rousseff aseguró que con esta operación “el gobierno golpista cumple una etapa más de su devastadora destrucción de la economía y de las riquezas nacionales”.