El 23 de octubre sería la primera instancia de la Asamblea del Claustro de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) para la elección del futuro decano, quien sucederá, tras dos períodos, a Gustavo Scheps. Por el momento son tres los docentes grado 5 que aceptaron candidatearse para el cargo: Salvador Schelotto, decano de la facultad entre 2001 y 2009 y actual director nacional de Vivienda, Jorge Nudelman y Marcelo Danza. No están claros aún los apoyos de cada candidato, entre otras cosas porque el Centro de Estudiantes de Arquitectura (CEDA) todavía no ha definido a quién respaldará.

La elección es en la Asamblea del Claustro, integrada por 15 docentes, diez egresados y diez estudiantes, de los cuales siete son delegados del CEDA, dos de la Corriente Gremial Universitaria y uno de la lista 96. El CEDA convocará en los próximos días a un plebiscito de estudiantes para definir su candidato, y los resultados permitirán despejar el panorama; por ejemplo, Schelotto ya adelantó que no será candidato si no logra el respaldo estudiantil.

Maximiliano Di Benedetto, claustrista por el CEDA, consideró que el decanato de Scheps “fue bastante movilizador y muy importante”. Evaluó que el decano “se centró en la calidad académica y en la calidad de la enseñanza, lo que hizo que se profundizaran los sistemas de posgrados, los trabajos en las carreras”, y fue en este período que se logró hacer una revisión del plan de estudios de Arquitectura hasta aprobarse uno nuevo, que comenzó a aplicarse este año. El plan, entre otras cosas, eliminó los cupos que existían para algunas materias y los sorteos, lo que, si bien era uno de los objetivos de los estudiantes, “generó que algunas materias empezaran a colapsar de gente”. De ahí que uno de los desafíos para el futuro decano será adaptar la facultad al contexto de masividad, opinó Di Benedetto. Otro de los temas que deberá abordar el futuro decano, afirmó el estudiante, es la reestructura docente.

Los tres candidatos presentaron sus propuestas programáticas. Danza, catedrático de Proyectos Arquitectónicos y Urbanos, plantea que la investigación y la extensión es “aún insuficiente” en la facultad, y aboga por lograr la formación de “profesionales creativos y comprometidos”: “El compromiso y la creatividad de la arquitectura y el diseño confirieron a nuestras ciudades la visualidad de la que nos enorgullecemos. Sin embargo, no hemos mantenido ese nivel de transformación, ni tampoco hemos podido mantener cuidado lo construido”. Jorge Nudelman, docente de Historia de la Arquitectura, hasta ahora integrante del claustro y varias veces decano interino, manifiesta en su propuesta que el nuevo plan “ha provocado cierta desorientación en la población universitaria” y que con el sistema de elección libre de taller el resto de la FADU “está pagando con masividad y sistemas didácticos que cada día despersonalizan más la enseñanza”, posicionándose a favor de los “cupos bien utilizados”. Schelotto también menciona que la etapa “de cambios acelerados” implica un esfuerzo “para recomponer la comunidad educativa, consolidar lo que funciona, entender qué se está reclamando y revisar”, por lo que, asegura, el futuro decanato “deberá ser de puertas abiertas, diálogo y proximidad”. Asegura que la infraestructura “es uno de los aspectos críticos” y propone aprovechar las tecnologías de la información para adaptarse a las formas de producción de arquitectura y promover, así, la renovación didáctica.