Con eventos culturales, exposiciones fotográficas, talleres, suplementos en la prensa y especiales en la televisión, Cuba recordó a Ernesto Che Guevara medio siglo después de su asesinato en Bolivia. El acto central de conmemoración tuvo lugar ayer en la ciudad de Santa Clara y estuvo encabezado por el primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quien llamó a seguir el ejemplo del guerrillero argentino “para construir un mundo mejor”.

“Con emoción profunda asistimos a este sagrado espacio de la patria para rendir homenaje a los protagonistas de una de las gestas internacionalistas de mayor significación, ejemplo de la lucha por la liberación de los pueblos sumidos en el imperialismo: la epopeya que escribieran el comandante Ernesto Guevara y su pequeño pero aguerrido ejército en los 11 meses de campaña en Bolivia conmueve hoy a los hombres y mujeres sensibles de todo el mundo”, dijo ayer Díaz-Canel al inicio del acto central en homenaje al revolucionario argentino. El reloj todavía no marcaba las ocho de la mañana.

El vicepresidente recordó al Che como “un buscador incesante de las verdades y razones para avanzar en la construcción socialista” y una figura “excepcional” que, además de haber sido “jefe y guerrillero”, fue “un pensador revolucionario, un humanista, un intelectual, que comprendió la necesidad de reflexionar sobre la revolución, el socialismo, la sociedad y el hombre en Cuba”. En la isla llegó también a ocupar los cargos de director del Banco Central y ministro de Industria.

Díaz-Canel insistió en la importancia de su legado y aseguró que es un “gigante moral” para las nuevas generaciones, “que encuentran en su voluntad de acero, en su sentido del honor y la dignidad, en la audacia y austeridad que lo caracterizaron, la inspiración para construir un mundo mejor”.

Finalmente, apeló a la unidad de los cubanos –porque “el Che siempre nos enseñó que para construir el futuro debíamos estar siempre unidos”– en un mundo en el que “el capitalismo neoliberal trata de expandirse, convirtiendo los valores de los pueblos en algo antiguo y no necesario”. En esa línea, el vicepresidente se refirió especialmente a los “planes colonizadores” de Estados Unidos que, según opinó, pretenden abrir paso al capitalismo y al imperialismo en Cuba y en Venezuela.

Díaz-Canel –el candidato con más chances de suceder al presidente Raúl Castro en enero– fue el único que habló en representación del gobierno cubano. Castro estuvo presente pero no se dirigió a las más de 60.000 personas que inundaron la plaza Ernesto Che Guevara de Santa Clara. En esta ciudad cubana fue que el guerrillero lideró la batalla que marcó el derrumbe del régimen de Fulgencio Batista en 1958 y el triunfo de Fidel Castro a principios de 1959. Moriría casi una década después, mientras combatía en Bolivia.

El escenario del acto se armó de espaldas al mausoleo que guarda los restos del Che desde hace 20 años y a los pies de la estatua gigante de bronce que lo representa en uniforme militar, con un brazo en cabestrillo y el otro sosteniendo un fusil, mirando hacia el sur. Antes de que comenzara el acto, el presidente cubano depositó una rosa blanca sobre la tumba del guerrillero.

El de ayer fue el primer acto de homenaje al Che sin Fidel Castro, su jefe y amigo, que murió en noviembre de 2016. Fue Castro quien en 1967 fijó el 8 de octubre como el Día del Guerrillero Heroico y convirtió al Che en símbolo del “hombre nuevo”.

Díaz-Canel recordó al ex presidente cubano y se manifestó sobre el papel que los dos líderes jugaron en Cuba y América Latina. “Fidel y Che estarán siempre presentes porque al compartir sus ideas, el conocimiento profundo sobre las penas del mundo, la rebeldía, el antiimperialismo y el latinoamericanismo, ambos emergen como sólidos, robustos e inquebrantables ejemplos para librar las batallas de estos tiempos por la soberanía y la paz de todos los pueblos del mundo, por la igualdad de todos los seres humanos, por la justicia social, por la verdadera emancipación y por el socialismo”, sostuvo.

El sábado, una delegación oficial cubana partió hacia Bolivia, donde también se organizó una serie de actos conmemorativos, con el apoyo y la participación del presidente Evo Morales. Entre quienes integraban la comitiva se encontraban el histórico comandante Ramiro Valdés, que combatió con Fidel y el Che en Cuba, y los cuatro hijos de Guevara.