“El liderazgo es saber cuándo es el momento de un cambio, y ese momento es ahora”, afirmó Gerry Adams el sábado en la conferencia anual del Sinn Féin, el antiguo brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA). Por eso, anunció que el año que viene dejará su cargo como presidente de la formación nacionalista, posición que ocupa desde 1983.

Adams dejó claro que tampoco se postulará para la reelección como diputado en el Parlamento irlandés en las elecciones generales que se celebrarán en 2018. El líder ocupa allí un escaño como representante del condado de Louth desde 2011. También aseguró que planea seguir respaldando al partido “en la sombra” y concentrar sus esfuerzos en la celebración de un referéndum de unificación de Irlanda en los próximos cinco años.

“Siempre me he visto como un jugador de equipo, como un creador de equipo”, afirmó el político de 69 años ante 2.500 militantes del partido que lo aplaudían de pie. Agregó: “Tengo plena confianza en la futura generación de líderes”.

El recambio generacional es una estrategia por la que el Sinn Féin ya apostó hace unos meses en Irlanda del Norte, cuando Michelle O’Neill, de 40 años, sustituyó al histórico líder Martin McGuinness, que falleció unos meses después, a los 66 años. Y le fue bien. Con O’Neill a la cabeza, el partido cosechó en marzo un resultado histórico en las elecciones parlamentarias de Irlanda del Norte, al quedar a apenas 1.168 votos de distancia del Partido Democrático Unionista, el más votado.

Adams pretende replicar el ejemplo en la República de Irlanda. La favorita es su actual vicepresidenta, Mary Lou McDonald, una experta en literatura inglesa de 48 años. El Sinn Féin quedaría así –en ambos lados de la frontera irlandesa– comandado por dos mujeres jóvenes, con vínculos indirectos con la era del IRA.

Si bien McDonald se perfila como su clara sucesora, Adams aclaró el fin de semana que el próximo presidente será elegido el año que viene en una “reunión especial” que celebrará el partido. Sea quien sea el más votado, se prevé que el Sinn Féin apueste por alguien joven y que no tenga vínculos directos con la época de la lucha armada en Irlanda.

La actuación del IRA en el conflicto irlandés –que dejó cerca de 3.500 muertos– es un fantasma que persigue desde hace años a la formación y en especial a Adams. Hace tan sólo tres años, fue detenido en Belfast, en cumplimiento de la Ley Terrorista, por su supuesta implicación en el asesinato de la norirlandesa Jean McComville en 1972. Adams fue puesto en libertad cuatro días después, y la Fiscalía no llegó a presentar cargos, por falta de evidencia. Cuando salió de la cárcel, dijo: “El IRA ha desaparecido, está acabado”.

El líder de Sinn Féin llegó a ser detenido en otras tres ocasiones (1972, 1973 y 1978) y fue encarcelado como sospechoso de pertenecer al IRA. Pero él siempre negó haber integrado esa organización, aunque se sabe que su familia estuvo involucrada directamente.

En el mismo sentido, aunque el Sinn Féin ha logrado grandes avances en Irlanda –según los sondeos de opinión más recientes–, algunos analistas políticos consideran que sus probabilidades de seguir creciendo son limitadas porque, justamente, en sus filas todavía hay figuras destacadas de la época del conflicto armado.