Continúa delineándose el panorama político para las elecciones de Cataluña del 21 de diciembre, con el ritmo marcado por el artículo 155, con el que el gobierno de Mariano Rajoy intervino la Generalitat a fines de octubre. Varias decisiones se adoptaron ayer, cuando dos fuerzas políticas hicieron consultas a sus bases para definir los pasos a dar.

Ayer terminó la Asamblea Extraordinaria convocada por el movimiento independentista Candidatura de Unidad Popular (CUP), que respaldó al gobierno soberanista del destituido Carles Puigdemont y no reconoció la intervención dictaminada por el gobierno de Rajoy. Una de las decisiones adoptadas en la asamblea refirió a las elecciones del 21 de diciembre: 91,6% de los participantes votaron para que la CUP concurra a esa instancia, a la que considera “ilegítima”. En la asamblea también se resolvió que participará en solitario con una lista “lo más amplia posible, claramente rupturista, independentista y de izquierda”, a la que pueden sumarse otros grupos.

“Son elecciones ilegítimas e impuestas, pero pese a eso vale la pena estar más que nunca, no sólo por nosotros”, dijo Anna Gabriel, quien lideraba la CUP en el Parlamento catalán hasta que este fue disuelto por Madrid. “Se lo debemos a la gente” que respaldó la lucha independentista, agregó.

El fin de semana también consultó a sus militantes Barcelona en Comú, el partido de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. En esa votación, 54% de las bases decidió que el partido rompa su acuerdo de gobierno con el Partido Socialista de Cataluña (PSC) por su apoyo a la aplicación del artículo 155, mediante el cual el gobierno de España intervino Cataluña. Barcelona en Comú gobernará en solitario y buscará acuerdos “con todos los grupos”, dijo Colau en Twitter. “Ojalá el PSC abandone pronto los pactos con el Partido Popular, Ciudadanos y Unió, y recupere alianzas de izquierdas”, agregó, mencionando a partidos de derecha españoles y catalanes que también respaldaron la intervención.

Colau cuenta con 11 integrantes del Consejo Municipal, un órgano que dirige quien ocupa la alcaldía, cuenta con 41 concejales que controlan a los demás estamentos de gobierno y tiene la capacidad de aprobar o rechazar las iniciativas del Ejecutivo local. El PSC tiene cuatro concejales, por lo que la alianza no otorgaba la mayoría, pero sí más posibilidades de crear alianzas con otras agrupaciones. El acuerdo fue firmado en mayo del año pasado por la propia Colau y el jefe del PSC en el Consejo Municipal, Jaume Collboni, muy cercano al líder del PSC en Cataluña, Miquel Iceta, que dio su aval para que se concretara esta alianza.

Ayer, después de que Barcelona en Comú diera a conocer la decisión tomada por sus militantes, Iceta hizo sus descargos en Twiter: “Entre Barcelona y la independencia, [Colau] ha escogido la independencia. Entre la estabilidad y la inestabilidad, ha escogido la inestabilidad. Entre un gobierno de izquierdas y ceder ante [los independentistas] Alfred Bosch y Xavier Trias, ha elegido lo segundo”. Tanto Iceta como Collboni criticaron que Colau no haya defendido el pacto entre las dos formaciones. “Se ha querido esconder. Demuestra que quizá es la alcaldesa, pero no la líder que Barcelona necesita”, criticó el líder del PSC. Por su parte, Collboni tuiteó: “Hacía falta reconstruir el país, no romper más cosas”.