De estas elecciones surgirán el presidente, tres vicepresidentes, 298 alcaldes y los integrantes del Parlamento nacional y de los órganos legislativos locales. El oficialismo presenta como candidato al actual presidente, Juan Orlando Hernández, porque un fallo judicial fue favorable a su postulación, pese a que la reelección está prohibida en la Constitución hondureña. Después de ese fallo, el Congreso aprobó una propuesta de ley enviada por el presidente para limitar la reelección a una única vez.

Según el oficialismo, la reelección cuenta con el respaldo de la población; sin embargo, más de 10.000 personas marcharon hace dos semanas rumbo al Tribunal Electoral para exigir “la nulidad de la inscripción” de la candidatura del presidente, que consideran contraria a la Constitución. La mayoría de los participantes en la movilización eran estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y militantes de partidos opositores. También acudió el ex presidente Manuel Zelaya, que fue derrocado en 2009 por intentar hacer una consulta para sondear la opinión de los hondureños sobre, justamente, la reelección presidencial.

Hernández, del Partido Nacional, se enfrentará con el candidato del Partido Liberal, Luis Zelaya –que no tiene relación familiar con el ex presidente– y con Salvador Nasralla, que representa a la Alianza de Oposición, integrada por el Partido Libertad y Refundación (Libre) y el Partido Innovación y Unidad.

Luis Zelaya es un candidato sin trayectoria política, que es ingeniero y fue rector de la Universidad Tecnológica Centroamericana. Por su parte, Nasralla se recibió de ingeniero civil en Chile y fue animador de televisión, relator de fútbol y fundó el Partido Anticorrupción después del derrocamiento de Manuel Zelaya. Por ese partido fue candidato presidencial en 2013. La esposa del ex presidente Zelaya, Xiomara Castro, lo acompaña como candidata a vicepresidenta.

La oposición manifiesta desde hace meses sus sospechas de que en estas elecciones puede haber fraude. A fines de octubre la Alianza de Oposición y el Partido Liberal informaron al Tribunal Electoral que no reconocen el sistema automático de transmisión de los resultados, que está a cargo de la empresa Asica, y que sólo reconocerán los resultados que se desprendan del recuento manual de todas las boletas y actas electorales. Estas sospechas se deben a que hace un año Asica le debía miles de dólares a la hacienda hondureña y tenía un solo empleado, pero desde hace unos días aparece como una empresa totalmente saneada y contrató a decenas de trabajadores para que se desempeñen en las elecciones. Según la oposición, estos nuevos trabajadores son militantes del gobernante Partido Nacional.

El analista hondureño Raúl Pineda dijo a la agencia de noticias Efe que estas elecciones se desarrollan en un ambiente “más tenso” y de “más confrontación” que el de otras votaciones, porque el proceso electoral “nunca fue confiable” y las denuncias de fraude han marcado la campaña. Además, Pineda manifestó que “hay una gran incertidumbre” sobre cuál será la reacción cuando se conozcan los resultados oficiales, porque no se sabe si la oposición los reconocerá y porque quien gane lo hará “con un margen muy estrecho”.

La campaña también estuvo marcada por los asesinatos de cuatro activistas políticos de distintos partidos, aunque la Secretaría de Seguridad de Honduras ha informado que la investigación de los hechos recién comienza y, por ahora, no hay información que permita vincularlos entre sí ni concluir que estén relacionados con la política. Fueron asesinados Mario González, del Partido Nacional, Ilsia Portillo, del Partido Liberal, José Chávez, de Libre, y José Discua, de la Alianza de Oposición.

Las encuestas de intención de voto que se conocieron durante la campaña han dado resultados de lo más diversos. Usualmente son contratadas por los partidos políticos y las empresas suelen favorecer al candidato del partido que pagó la encuesta, por lo que no parecen confiables. Otros seis candidatos presidenciales no alcanzan 5% de los votos en ninguno de estos estudios.