Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ganaría las elecciones regionales del 21 de diciembre, pero el independentismo no obtendría la mayoría absoluta en el próximo Parlamento catalán. Coinciden en este pronóstico dos encuestas elaboradas después de que el 27 de octubre el Senado español aprobara la aplicación del artículo 155 por parte del Ejecutivo, por el que el gobierno de Mariano Rajoy disolvió el Parlamento catalán y convocó a elecciones. Estos sondeos reflejan la misma tendencia que se perfilaba antes de que esto ocurriera, durante octubre, después del referéndum independentista que desencadenó la intervención de Madrid.

De acuerdo con la encuesta de GAD3 para el diario La Vanguardia y la de NC Report para La Razón, los partidos que formaron la alianza independentista Junts pel Sí en las elecciones de 2015, ERC y el Partido Demócrata Europeo Catalán (PdeCat), lograrán el 21 de diciembre votaciones similares a las de ese año. La lista única presentada logró entonces 39,5% de los votos y ahora, por separado, esos partidos obtendrían 29% y 10%, respectivamente, según GAD3, o 26% y 11% según NC Report. En cambio, caería la también independentista Candidatura de Unidad Popular, del 8% de 2015 a 6% en diciembre.

Según los estudios de opinión, los que sacan rédito electoral de su enfrentamiento a la ola independentista son los partidos españolistas: Ciudadanos crece de 18% en 2015 a alrededor de 20%, y el Partido Socialista catalán, de 13% a 14%; el caso del Partido Popular, que gobierna España, no es tan claro: según GAD3 se mantendría en el entorno de 8,5%, mientras de acuerdo con NC Report crecería a 10,5%.

Si bien en líneas generales las encuestas coinciden, cuando los porcentajes se traducen en escaños el panorama cambia: el sondeo publicado en La Vanguardia indica que el independentismo obtendrá entre 66 y 69 escaños en el Parlamento, y el de La Razón señala que serían 65; la mayoría absoluta está en los 68.

Casi divorciados

La reedición de una lista única para los partidos independentistas parece estar lejos de concretarse. En 2015 esa alianza buscaba darle al electorado la opción de dar su apoyo a la independencia más allá de las elecciones para el Parlamento autonómico. Con ese camino a medio recorrer y una gran incertidumbre sobre en qué queda ese proyecto de la independencia, ayer el PdeCat insistió en reeditar la lista común. Ya lo había anticipado el presidente depuesto de Cataluña, Carles Puigdemont, que el jueves dijo que está dispuesto a volver a encabezar esa lista unitaria.

Las direcciones de los partidos se han reunido en estos días para planificar a contrarreloj su presentación en las elecciones, y ERC decidió que sólo accederá a una lista unitaria si allí están incluidas otras formaciones: Candidatura de Unidad Popular, que fue aliada del gobierno catalán de Junts pel Sí, Catalunya en Comú, el partido de la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, y la parte de Podemos que es más favorable a la independencia. Esa posibilidad ya fue rechazada, ayer, por el partido de Colau, que además decidió invitar a Podemos a reeditar la alianza que presentaron en las elecciones de 2015, Catalunya Sí que es Pot, que entonces obtuvo 8,9% de los votos y que hoy, según los sondeos, cuenta con un apoyo de entre 8% y 10%.

Por otra parte, en su reunión del viernes, ERC armó una lista propia, encabezada por su líder y destituido vicepresidente, Oriol Junqueras, en la que aparecen otros dirigentes que ocuparon ministerios. Todos ellos están en prisión preventiva por la causa impulsada en su contra por la Fiscalía española por delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos, que se les imputan por haber llevado adelante el referéndum y haber declarado la independencia. En el actual escenario, nada garantiza que puedan participar en las elecciones del 21 de diciembre.

En una situación similar está el presidente destituido de Cataluña, Carles Puigdemont, que ayer se presentó ante la Policía belga, después de que la Justicia española emitiera una orden de detención en su contra. Se entregó junto a los cuatro ex ministros que permanecían a su lado en Bruselas. Sus abogados ya anunciaron que apelarán la decisión si la Justicia de Bélgica decide extraditarlos a España, un proceso que podría extenderse hasta después de las elecciones.

Mientras Puigdemont declaraba ante la Justicia, cientos de personas se manifestaban en Barcelona ante una convocatoria de una treintena de organizaciones bajo el lema: “Frente al régimen del 78 y su represión: Solidaridad y República”. Por su parte, la organización independentista Asamblea Nacional Catalana anunció su convocatoria a una concentración en Bruselas para el 6 de diciembre, con el objetivo de “internacionalizar el conflicto”.