Es curioso, pero fue el actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien descubrió al que hoy es el candidato del opositor Centro Democrático, liderado por el ex gobernante Álvaro Uribe, para las elecciones presidenciales de 2018. Santos llevó a Iván Duque como su colaborador en el Ministerio de Hacienda cuando gobernaba Andrés Pastrana, y después lo impulsó para que ocupara distintas posiciones en el Banco Interamericano de Desarrollo. Sin embargo, cuando Santos y Uribe se distanciaron, Duque optó por quedarse con este último, a quien considera su mentor.

En 2014, Uribe incluyó a Duque en su lista al Senado y dispuso que ocupara una banca al lado de la suya; su guiño fue clave, pero lo que determinó que se convirtiera en candidato fue que ganó en tres encuestas internas que hizo el partido entre sus militantes, a modo de elecciones primarias indirectas.

El Centro Democrático tiene la expectativa de que la campaña de Duque no incluya sólo a ese partido, sino que se integren otros a lo que han denominado la Alianza por la Reconstrucción de Colombia, a la que han invitado a todos los movimientos que impulsaron el No en el plebiscito sobre la firma de la paz con las ahora desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Duque, de 41 años, es abogado y se define como un apasionado por la economía. En el último período fue ganando cada vez más visibilidad, al ser considerado por varios medios una revelación de la política colombiana. Esto puede tener bastante que ver con que es una cara nueva en ese ámbito, en una sociedad cuya principal preocupación es la corrupción, con acusaciones tanto al oficialismo como al Centro Democrático.

Además, Duque es uno de los dirigentes más moderados, si se considera el conservadurismo de Centro Democrático. Se ha mostrado favorable al matrimonio entre personas del mismo sexo y a promover la igualdad entre hombres y mujeres, algo que dentro de su partido se define como “ideología de género”, y ha hecho pública su admiración por políticos como el primer ministro canadiense Justin Trudeau y el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (antes de que fuera acusado de corrupción).

Estas posturas de Duque han llevado a que sea más que resistido en su partido –aunque seguramente el respaldo de Uribe le haya ahorrado varios ataques–, a tal punto que el presidente de su organización política, Fernando Londoño, llegó a asegurar que “no parece del Centro Democrático”.

El candidato sí comparte otras posturas del uribismo, como su rechazo a los acuerdos de paz con la guerrilla de las FARC, contra los cuales ha escrito desde su columna semanal en el diario colombiano Portafolio. Reiteró esa postura en el primer discurso que brindó tras su designación como candidato: “Colombia necesita pasar las páginas de la impunidad para que impere la legalidad, donde la seguridad sea un bien público para todos”, escribió.