A cinco días de las elecciones presidenciales, Honduras vive una crisis política que se desató cuando los dos candidatos más votados se autoproclamaron ganadores. El descontento se trasladó ayer a las calles en forma de protestas. Fueron convocadas por la oposición, que denuncia que hubo “fraude” para favorecer al presidente Juan Orlando Hernández, que busca su reelección, y “robarle” el triunfo a Salvador Nasralla, candidato de la Alianza de Oposición.

Ayer, distintas ciudades de Honduras fueron escenario de movilizaciones en respaldo a Nasralla y contra las irregularidades que, según la oposición, se registraron en el proceso de conteo de los votos. En muchas localidades, los manifestantes colocaron piedras y barriles o quemaron neumáticos para cortar avenidas, carreteras y puentes.

En la capital, Tegucigalpa, una protesta que tuvo lugar frente al Instituto Nacional de Formación Profesional (Infop) –donde están depositadas las urnas de las elecciones del domingo– fue disuelta por las fuerzas de seguridad y terminó con varios heridos e intoxicados por gases lacrimógenos.

Detrás de las convocatorias están la Alianza de Oposición y el partido Libertad y Refundación (Libre), que ya advirtieron que no reconocerán los resultados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) porque consideran que fueron manipulados para favorecer al gobernante Partido Nacional.

De hecho, la manifestación en Tegucigalpa se registró después de que el propio Nasralla denunció que le tendieron una “trampa” para “robarle” el triunfo de las elecciones y anunció que se retiraba de un acuerdo que había firmado horas antes con la Organización de Estados Americanos para reconocer los resultados finales.

La decisión de Nasralla estuvo motivada por el anuncio de que el sistema de la página web del TSE que actualizaba los resultados del escrutinio había tenido una “falla”. La entidad electoral dejó de subir información preliminar sobre los resultados justo cuando Hernández comenzaba a aventajar a Nasralla, por primera vez y por menos de medio punto. En la página quedaron fijos resultados en los que el presidente reunía 42,2% de los votos frente al 42,1% del candidato opositor, con 82,9% de las papeletas escrutadas.

El presidente del TSE, David Matamoros, dijo que la entidad “siempre ha sido transparente” y explicó que “es imposible modificar los resultados”, ya que no se puede introducir actas sin firma, porque todos los partidos tienen sus copias de cada acta original y pueden demostrarlo.

El descontento político y social coincide con una espera de los resultados que se alarga. En las últimas horas el TSE fue criticado por la lentitud en el escrutinio. Cuando todo indicaba que el anuncio oficial finalmente se haría ayer a las 20.00 (hora de Uruguay), Matamoros informó que la protesta frente al Infop puso en peligro la etapa final del proceso y lo “demoró”. En un principio, los resultados finales iban a ser publicados la misma noche del domingo.

La confusión en torno a los resultados incluso generó que, el día después de las elecciones, tanto Hernández como Nasralla se proclamaran vencedores. Esto sucedió porque el opositor se basó en que los primeros resultados difundidos por el TSE le daban ventaja, mientras que el presidente hondureño confió en la única encuesta a boca de urna que se hizo en las elecciones y que lo daba como ganador.

El gobierno hondureño extendió ayer, hasta el lunes, un decreto que prohíbe el porte de armas durante las elecciones, según dijo a la prensa el secretario ejecutivo del Consejo de Ministros, Ebal Díaz. Agregó que también está prohibido portar municiones, explosivos y otros artefactos o sustancias similares.

Sobre las protestas, Díaz dijo que el pueblo tiene derecho a manifestarse pero “no puede haber violencia”, y acusó a los líderes de la Alianza de Oposición de incitar a las protestas violentas.

Dirigentes de esa alianza reiteraron ayer en declaraciones a canales de televisión y a radios que el ganador de las elecciones es Nasralla y que lo pueden demostrar con las actas electorales que tienen. En tanto, el Frente Nacional de Resistencia Popular, brazo político de Libre –que lidera el ex presidente Manuel Zelaya–, llamó a seguir con la “lucha” en la calle para defender el triunfo de Nasralla que, sostienen, es el resultado emanado del voto popular.