El Jefe de Estado Mayor conjunto de Rusia, Valery Gerasimov, acusó a Estados Unidos de estar preparando en Siria a ex combatientes del grupo yihadista Estado Islámico (EI) para que luchen contra las fuerzas del gobierno del presidente Bashar al Assad. En una entrevista con el diario ruso Komsomólskaya Pravda, el militar dijo que en la base estadounidense en Tanf, en la frontera entre Irak y Siria, se está entrenando a combatientes que pertenecieron a EI y que ahora conforman el autodenominado Nuevo Ejército Sirio, un grupo de la oposición armada.

De acuerdo con Gerasimov, los alrededores de la base de Tanf se han convertido en un “agujero negro” en el que los ex “terroristas” operan libremente. El militar también dijo que hay una segunda base estadounidense en la que está sucediendo algo parecido, en este caso en Shadadi, en el noreste de Siria. Agregó que estos milicianos, una vez terminado el entrenamiento, saldrán a las calles para buscar desestabilizar y derrocar al gobierno de Al Assad.

Rusia ya ha hecho estas acusaciones en ocasiones anteriores y el gobierno estadounidense las ha rechazado. Washington asegura que también está comprometido en la lucha con EI y que eso no está vinculado con su respaldo a la oposición en su lucha para apartar del poder al presidente sirio.

A fines de noviembre, el Instituto de Oriente Medio, una organización educativa rusa cercana al Kremlin, concluyó en un informe que Estados Unidos pretende mantenerse en territorio sirio hasta que Al Assad salga de la presidencia. Entre otras cosas, el informe citado por la agencia de noticias rusa Sputnik señaló que el ministro de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, dijo en noviembre que se declarará el fin del conflicto sirio y se saldrá del país una vez que se alcance un acuerdo en las negociaciones entre el gobierno y la oposición en Ginebra.

En esos encuentros la oposición siria exige como condición necesaria para un acuerdo la salida de Al Assad del poder, algo que el gobierno sirio y el ruso rechazan de plano. De hecho, Rusia pidió a estos grupos que retiraran esa condición antes de acudir a la reunión que está organizando en la ciudad rusa de Sochi, donde se pretende alcanzar un acuerdo para terminar con el conflicto. Los opositores descartaron la posibilidad de retirar esta condición y anunciaron, el martes, que no acudirán al encuentro en Sochi, previsto para fines de enero.

Estados Unidos no es el único país que busca mantenerse en Siria, aunque sí el único que lo hace sin consentimiento del gobierno de ese país. Rusia, aliada de Al Assad, comenzó a organizar una presencia militar permanente en el puerto de Tartus, que está sobre el mar Mediterráneo, cerca de la frontera con Líbano, y en la base de Hmeymim, ubicada a 60 kilómetros. El anuncio fue hecho por el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, después de que el Congreso aprobara un acuerdo, firmado por los presidentes Al Assad y Vladimir Putin en enero. Este acuerdo dispone la ampliación de ambas bases y su otorgamiento a las fuerzas rusas durante un período de 49 años, con una prórroga automática por 25 años.

El acuerdo es más que abierto, y permite a Rusia trasladar medios de transporte marítimos, aéreos y terrestres, incluidos “buques militares con propulsión nuclear”, y también contar allí con “todo tipo de armas, municiones, equipos y materiales”. Además, las instalaciones navales tendrán “total inmunidad de la jurisdicción civil y administrativa” con respecto a las normas sirias, y los soldados contarán con “privilegios similares” a los que tienen los diplomáticos, como si se tratara de una embajada, comunicó Shoigú.

Acerca de la permanencia de Rusia y Estados Unidos en Siria una vez que se ha declarado la victoria sobre EI, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que la presencia de las fuerzas militares rusas en Siria “se corresponde plenamente con las normas y los principios del derecho internacional”, porque fue solicitada por el gobierno sirio, mientras que “la permanencia de militares estadounidenses en el territorio de Siria no tiene ninguna justificación desde la óptica del derecho internacional”.