Después de un año y medio en el que dio que hablar, incluso en medios extranjeros que lo recomendaban como una parada sabrosa y descontracturada, en abril cerró temporalmente Futuro Refuerzos. Fue el fin de una etapa en el diminuto local de la calle Ciudadela, casi la rambla, mientras se preparaban para volver. De aquella primera carta se destacaba un sándwich de ave que hermanaba el pollo, la palta y la panceta en pan de molde, un hit entre la temprana clientela. Con el cambio de menú le surgió un original competidor, el pez, que venía en tortuga de remolacha, con brotes y otras sutilezas difíciles de conseguir incluso en una ciudad de cara al mar. Entre esos dos se disputaba el primer puesto de preferencias, y de atrás le seguía el reputado chivito de la casa, admite uno de los impulsores de Futuro, el músico y periodista Fermín Solana. Ahora que vuelven los refuerzos, desde el lunes en la plaza gastronómica del World Trade Center, esos sabores no faltarán. Para llevar o comer ahí –ya que hay un deck común– con lugar para más de 100 personas, desde el 18 al 29 de diciembre las solicitadas minutas estarán a la orden, los lunes y martes de 12.00 a 16.00, y de miércoles a viernes hasta las 20.00. Después del receso por las fiestas, reabre en la segunda quincena de enero, y se calcula que, únicamente con la gente que trabaja en las torres, tienen una clientela potencial de 5.000 personas.

Futuro estará inserto de aquí en más en el foodspot, como se denomina la zona gastronómica de Sinergia Cowork, lindero a Café Nómade y Montevideo Beer Company, que se complementarán en oferta (por eso Futuro no venderá más cerveza). Y el año próximo el plan es abrir en Sinergia Design, en la zona de Tres Cruces, el segundo local de refuerzos. “Cambia de forma, sigue siendo el mismo concepto”, explican sus responsables. “En esta alianza con Sinergia –esta es la primera fase– buscamos cómo se podía desarrollar con medios con los que no contábamos antes. La primera etapa fue de mucho sacrificio; aquel local de Ciudad Vieja tenía una cocina muy chica y era muy limitado. Nuestra preocupación es que los refuerzos sean mejor que antes, más ricos, y que esto, de una manera divertida, nos permita seguir experimentando”.

El regreso es paso a paso, primero con los gustos ya probados, a los que se suman un sándwich de cerdo, una hamburguesa y una propuesta vegetal, como había antes, pero “con leves cambios y mejoras”, manteniendo el pan artesanal, en algunos casos de masa madre.

Los refuerzos cuestan $ 300 y las guarniciones (boniatos, papas, verdes o col) van sin costo extra. El combinado refuerzo + vaso de refresco Jariola, $ 350. Las papas fritas se venden a $ 70. Más adelante incorporarán postres, una ensalada, un plato sano, un plato del día y una tablita de copetín para compartir.