Las normas ecuatorianas establecen que un candidato puede ganar las elecciones en primera vuelta si obtiene la mitad más uno de los votos o si logra 40% del respaldo y una diferencia igual o superior a 10%. Moreno no alcanzaría esas cifras, según la mayoría de las encuestas que se dieron a conocer la semana pasada, antes de que entrara en vigor la veda para difundir sondeos de intención de voto.

Las cifras de tres encuestas distintas muestran a Moreno en primer lugar con entre 32% y 35% de los votos y a Lasso en el segundo, con entre 16% y 21%. Sólo una, publicada por la firma CIESS, indica que Moreno ganaría en primera vuelta porque obtendría 43% de los votos y Lasso lograría 21%. La segunda vuelta se convocaría para el 2 de abril, y no hay encuestas que concluyan cuál sería el resultado del enfrentamiento entre Moreno y el ganador de la “interna” de la derecha de la primera vuelta. Además de Moreno y Lasso compiten otros seis candidatos por el cargo de presidente ecuatoriano.

Además, las encuestas indican que un tercio de los votantes ecuatorianos permanecen indecisos sobre su voto, después de una campaña que estuvo marcada por la polarización en torno al gobierno de Correa, que comenzó en 2007 y se acerca a su final, en mayo, porque el presidente optó por no presentarse a una nueva reelección. La mayoría de las propuestas presidenciales de unos y otros apuntan a mantener o descartar determinadas políticas impulsadas por el actual Ejecutivo.

Moreno no está solo en la defensa del gobierno: el propio Correa se ha encargado de responder a los candidatos opositores en redes sociales o recurriendo a su informe semanal que se emite por radio y televisión los sábados. En el último de estos programas, el del sábado, Correa se encargó de arremeter contra los candidatos opositores, uno por uno. Acerca de Lasso, dijo que su propuesta de eliminar impuestos dejará al Estado con 3.700 millones de dólares menos para destinar a los servicios públicos. Al referirse a la candidata conservadora Cynthia Viteri, tercera en las encuestas, dijo que sus propuestas son “populistas” y “no se pueden cumplir”, y la retó a aplicar ese tipo de políticas en las ciudades en las que el Partido Social Cristiano, al que pertenece, ya gobierna. “Esta gente está desesperada” porque no crece en las encuestas, aseguró el fin de semana en una entrevista televisiva.

Denuncias en campaña

Correa ha emprendido también otra pelea: contra los medios de comunicación, a los que acusa de apoyar a la oposición y orquestar una campaña en su contra, sobre todo vinculándolo con episodios de corrupción. “Son las argucias de la derecha y la prensa corrupta. En estos días tratarán de confundirnos. Ya intentaron involucrarme en el caso Odebrecht, pero se les cayó la mentira. Están metidos en una campaña sucia sin precedentes con el objetivo de perjudicar a los candidatos de Alianza PAIS”, aseguró el mandatario, antes de expresar su deseo de que “mejore la ética política, pero también la mediática”.

Entre otras cosas, el mandatario se refirió también a las denuncias de los medios ecuatorianos que vinculan al vicepresidente Jorge Blas, que además es candidato a la reelección en la fórmula que encabeza Moreno, con actos de corrupción en la petrolera estatal Petroecuador. Uno de los juicios sobre la corrupción en la empresa pública terminó el miércoles con la condena por cohecho al ex ministro de Hidrocarburos de Correa Carlos Pareja Yannuzzelli, que está prófugo, al igual que otros 15 funcionarios.

A comienzos de febrero, Pareja dio a conocer varios videos en los que asegura que Glas estaba al tanto de la corrupción en Petroecuador e incluso se benefició de esto. Ante la reiteración en los medios de este tipo de acusaciones, Glas dijo: “Soy el político más auditado de toda la historia, ojalá que todos los candidatos pudieran demostrar de dónde viene su fortuna”. Glas, Moreno y Correa han pedido que se investigue a los candidatos opositores, en especial al banquero Lasso. Durante la campaña Correa incluso ha asegurado que en su gobierno “se terminó con la corrupción institucionalizada”, que, sostuvo, permitía que todos los funcionarios “se fueran a sus casas con dinero de todos”, en referencia a los fondos públicos.

Números en dos bandos

Otro terreno para la disputa entre el oficialismo y la oposición es la realidad económica del país. Según los datos de agencias estatales, la economía sufrió en 2016 un retroceso de 1,7%, sobre todo debido a la baja del precio del petróleo, el fortalecimiento del dólar y el costo que tuvo que afrontar el Ejecutivo ante los efectos del terremoto de abril.

El gobierno augura para este año un crecimiento de 1,4%, pero economistas críticos y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) tienen una previsión algo menos favorable: de un crecimiento de 0,3% a 0,5%.

La oposición critica a Correa por haber elevado demasiado el gasto público en épocas de bonanza económica y no haber ahorrado parte de esos recursos para circunstancias difíciles. Según el Observatorio de Política Fiscal, crítico con el gobierno, en 2016 el Ejecutivo gastó 24.000 millones de dólares mientras sus ingresos fueron solamente de 16.500 millones.

Pese a estas críticas, Correa aseguró que su gobierno está dejando “una economía en crecimiento” y estabilizada, y que el déficit fiscal generado por la inversión pública -que se ha traducido en varias obras de infraestructura que ya fueron terminadas- “puede ser perfectamente manejado”.

La otra votación

El domingo los ecuatorianos también deberán pronunciarse en un referéndum impulsado por el gobierno con el objetivo de prohibir a los funcionarios tener dinero o bienes en paraísos fiscales. La pregunta que se planteará a los votantes será: “¿Está usted de acuerdo en que, para desempeñar una dignidad de elección popular o para ser servidor público, se establezca como prohibición tener bienes o capitales, de cualquier naturaleza, en paraísos fiscales?”. Además de presentar esta iniciativa, el gobierno ha buscado acuerdos internacionales para combatir los paraísos fiscales, con el argumento de que son utilizados por las personas de mayor poder adquisitivo para enriquecerse aun más a costa de la evasión de impuestos. El candidato oficialista, Lenín Moreno, mencionó esta iniciativa en algunas ocasiones durante la campaña y llama a votar para aprobarla. Sus principales rivales, Guillermo Lasso y Cynthia Viteri, promueven que se vote en contra. Sin embargo, este referéndum fue poco abordado durante la campaña y, según las encuestas, la mayoría de la población ni siquiera sabe que está prevista esta votación para el domingo.