En una decisión que ya fue criticada, un tribunal militar de Tel Aviv sentenció ayer a 18 meses de cárcel a Elor Azaria, el soldado israelí condenado por matar de un tiro en la cabeza a un palestino que había sido herido y estaba inmovilizado en el suelo. Además, Azaria será degradado de sargento a soldado raso. El asesinato, que ocurrió en marzo de 2016 en Hebrón (Cisjordania), tuvo lugar minutos después de que el palestino, Abdelfatá al Sharif, apuñalara a otro soldado israelí causándole heridas leves en el pecho. Salió a la luz gracias a un video que grabó y difundió un voluntario de la organización civil israelí Betselem.

La presidenta del tribunal que analizó el caso, Maya Heller, aseguró que para dictar la sentencia se consideró “el daño a los valores sociales causado por el acusado” al disparar a Al Sharif en contra de las normas de combate y no mostrar arrepentimiento. Heller agregó que, a pesar de eso, también se tuvieron en cuenta otros factores, como que el incidente ocurrió “en un territorio hostil”, y el “daño sufrido” por la familia de Azaria desde que fue detenido de forma preventiva hace diez meses, parte del tiempo en su propio domicilio.

Durante la lectura del fallo, Heller le recordó a Azaria que había cambiado su versión de los hechos al menos cinco veces. En su declaración, el soldado alegó haber actuado “bajo estrés” en plena zona de combate y en defensa propia porque Al Sharif todavía estaba vivo y con un cuchillo a su alcance. Sin embargo, en su primera versión ante sus superiores dio a entender que había matado al palestino porque “merecía morir”.

La defensa había anunciado con anterioridad su intención de apelar cualquier sentencia, incluso la mínima. También está sobre la mesa la posibilidad de un indulto por parte del presidente israelí, Reuven Rivlin, que en enero dijo que estaba dispuesto a analizarla si le llegaba la propuesta formal.

A pesar de que la pena fue menor a la que había pedido la Fiscalía Militar -de tres a cinco años-, algunos funcionarios del gobierno israelí se mostraron desconformes. El ministro de Educación, Naftali Benett, dijo en Twitter que “la seguridad de los ciudadanos de Israel requiere el perdón inmediato para Elor Azaria” y dijo que el soldado “no puede ir a prisión”. Por su parte, el ministro de Transporte, Yisrael Katz, consideró que “es momento de clemencia para devolver a Elor a su hogar”, en declaraciones recogidas por el diario Times of Israel. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, no dio declaraciones por el momento, pero en el pasado también se mostró a favor de “perdonar” a Azaria.

Del otro lado, Hanan Ashrawi, una integrante del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina, se refirió a la pena como “una parodia” de la Justicia israelí. “Es evidente que el sistema judicial israelí está comprometido con el racismo sistémico, la injusticia y la cultura de odio que tiene la ocupación”, agregó Ashrawi en un comunicado. El portavoz de la Autoridad Palestina, Tarik Richmaui, dijo a su vez que la “leve pena impuesta equivale a dar luz verde” a nuevos casos de “crímenes militares”.

En tanto, Human Rights Watch aseguró que la pena de prisión impuesta “manda un importante mensaje sobre el control del uso excesivo de la fuerza”.