En el centro de Bogotá, en el barrio La Macarena, una explosión dejó 24 policías y dos civiles heridos. Ayer de mañana, cuando ocurrió la detonación, había muchos policías en la zona porque allí cerca se encuentra la plaza de toros La Santamaría, donde se celebraría una corrida. Las reacciones que este hecho generó dejaron ver las tensiones en un país que está comenzando un proceso de paz.

El alcalde de la capital colombiana, Enrique Peñalosa, informó inicialmente que un policía había muerto y dio por hecho que se había tratado de un atentado. “Los terroristas no nos van a intimidar. Vamos a hacer todo lo que sea necesario para capturarlos”, dijo. Más tarde, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, aclaró que nadie había muerto por esa explosión.

Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos fue más cauto desde el principio. No habló de muertos, calificó lo ocurrido de un “incidente” y manifestó en su cuenta de Twitter: “Toda la solidaridad con los policías heridos en incidente de La Macarena. Acompañamos a sus familias, nuestras oraciones están con ellos”. Pese a la cautela de Santos, su tuit fue cuestionado por el ex presidente y líder opositor Álvaro Uribe. “Para qué solidaridades de Santos, que llama ‘incidente’ al terrorismo, no protege a la fuerza pública y confunde paz con claudicación al terror”, tuiteó.

También ayer y en Twitter, Uribe se refirió a la posición de su partido ante el acuerdo de paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Dijo que el Centro Democrático “no propondrá revocar el acuerdo, pero luchará para introducir los ajustes que taponen el camino castro-chavista”.