El primer debate entre los cinco candidatos que tienen más chances de ganar las elecciones francesas sirvió para conocer sus propuestas en temas como la inmigración y la seguridad. El candidato de centro Emmanuel Macron, que lidera los sondeos de intención de voto junto a la ultraderechista Marine Le Pen, fue uno de los más atacados durante el encuentro, que duró más de tres horas y fue transmitido por la cadena TF1.

Los organizadores del debate decidieron invitar a cinco de los 11 candidatos que compiten por la presidencia, los que tienen mayor intención de voto: Le Pen (Frente Nacional, FN), Macron (¡En Marcha!), François Fillon (Los Republicanos), Benoît Hamon (Partido Socialista) y Jean-Luc Mélenchon (La Francia Insumisa).

El tono de los aspirantes empezó a subir cuando comenzó el segmento sobre la seguridad y la justicia. La candidata del FN dijo que el problema de la inseguridad en Francia radica en que no se destinan recursos suficientes a la Policía. En su opinión, hace falta contratar más policías y también tener en cuenta la presión “psicológica” a la que estos se ven sometidos mientras hacen su trabajo, por ejemplo, por las protestas contra la violencia policial que tuvieron lugar en las últimas semanas. Fillon respondió que la solución no es aumentar el número de policías sino, por ejemplo, agrandar las prisiones para que puedan recibir más personas y evitar la superpoblación carcelaria.

Por su parte, Hamon abogó por restablecer “la Policía de proximidad”, creando nuevos puestos de trabajo en las fuerzas de seguridad, y por otorgar un incentivo económico a quienes trabajan en zonas marginales. Agregó que para terminar con “la hostilidad entre Policía y población” tienen que erradicarse prácticas como los controles de identidad. El izquierdista Mélenchon coincidió en la necesidad de terminar con esos controles y dijo que hay que tratar a las fuerzas de seguridad como “guardianes de la paz” y no como instigadores del odio y la violencia. En tanto, Macron propuso crear una “Policía de lo cotidiano” que aplique medidas concretas en “delitos chicos”, por ejemplo, multas.

Consultados sobre la propuesta de Fillon de bajar la edad de imputabilidad penal a 16 años, todos los candidatos se pronunciaron en contra. Después Fillon explicó que su idea es “rehabilitar” a los adolescentes y no simplemente encerrarlos.

Otro punto que causó agitación fue el de la inmigración. La líder del FN fue tajante: “Quiero frenar la inmigración legal e ilegal, y lo asumo”. Propuso cerrar completamente las fronteras a los inmigrantes. “No podemos acogerlos [...] Tenemos franceses en la pobreza, es a ellos a quienes les debemos nuestro compromiso”, dijo, antes de agregar: “Sabemos que los terroristas han entrado en ese flujo de inmigrantes”. Fillon coincidió en que la situación económica de Francia “impide recibirlos a todos” y propuso “cuotas de inmigrantes como instrumento de control”.

Por otro lado, Macron dijo que Francia tiene que “reforzar” las fronteras pero, al mismo tiempo, “estar a la altura” de sus principios. “El verdadero problema es la inmigración ilegal”, agregó, y propuso implementar una política de asilo más eficaz y mejor coordinada a nivel europeo. El candidato socialista, Hamon, consideró que no es necesario poner cuotas y defendió la creación de una “visa humanitaria” para los refugiados. A su turno, Mélenchon repudió la propuesta de Le Pen y pidió que los refugiados sean tratados “como a los franceses les gustaría ser tratados afuera”, porque están intentando salvar sus vidas y no “viajando por placer”.

Para Hamon y Mélenchon, el debate era la ocasión para despegar. El candidato de La Francia Insumisa lo logró especialmente: tuvo intervenciones aplaudidas por el público y, según 60% de las personas que respondieron a un sondeo en vivo de la cadena LCI, fue el candidato que sonó más convincente. Hamon pasó desapercibido por momentos. Le Pen -que no vaciló en ninguna de sus intervenciones- también fue ovacionada en varias ocasiones. El candidato que intervino menos fue Fillon, que no tuvo mucho éxito en su intento de sobreponerse a sus actuales problemas con la Justicia. En tanto, Macron recibió golpes desde la derecha y la izquierda, tanto por ofrecer propuestas similares a las del actual presidente, François Hollande, como por defender a las elites mediáticas y los intereses financieros.