Los dos candidatos a la presidencia de Ecuador, el oficialista Lenín Moreno y el opositor Guillermo Lasso, llegan al balotaje del domingo con una intención de voto muy pareja en las encuestas y después de una campaña electoral en la que se han enfrentado y acusado mutuamente.

En los últimos días previos a la votación, la Superintendencia de la Comunicación (Supercom) recibió dos denuncias. La primera fue presentada por la organización civil Observatorio Ciudadano por una Comunicación de Calidad, y acusa a siete medios de comunicación privada -Ecuavisa, Teleamazonas, Televicentro, El Comercio, La Hora, Expreso y El Universo- de favorecer a Lasso. En la denuncia se dice que hubo “censura previa” en estos medios, y que por eso no publicaron la información revelada por el diario argentino Página 12 acerca de que Lasso cuenta con 49 empresas offshore y que ha utilizado empresas fantasma para ganar dinero que, a su vez, deposita en cuentas extranjeras. Manifestaron que se trata de información “de relevancia pública” y que “puede ser decisiva para los electores ecuatorianos”.

La otra denuncia fue presentada por la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador, que acusa al diario de propiedad estatal El Telégrafo de llevar adelante contra Lasso un “linchamiento mediático”, una figura que en la Ley de Comunicación de Ecuador es definida como “la difusión de información [...] con el propósito de desprestigiar a una persona natural o jurídica o reducir su credibilidad pública”.

Además de las denuncias, el cierre de la campaña estuvo marcado por un ataque que recibió Lasso cuando fue al partido de fútbol que jugaron las selecciones de Ecuador y Colombia. Durante el partido, en la tribuna en la que él estaba -equivalente a la América del estadio Centenario-, se escuchó a gente cantar “Fuera, Correa, fuera”, en referencia al presidente Rafael Correa. Otro grupo de personas, entre ellas algunas que llevaban elementos que las identificaban como simpatizantes del candidato oficialista, empezó a protestar por esos cánticos, ante lo que los otros empezaron a gritar “Lasso presidente” y recibieron los saludos del candidato. Dentro del estadio hubo algunos amagues de pelea que terminaron cuando la Policía retiró a algunas personas que protestaban contra los cánticos. Cuando Lasso dejó el estadio, acompañado por su esposa y su hijo, varias personas intentaron agredirlo, aunque no lograron superar la guardia policial que se dispuso alrededor del candidato. En una publicación en la red social Facebook, Lasso responsabilizó directamente a la campaña de Moreno y a los “correístas” por lo sucedido.