La situación de tensión en Santa Cruz ha ido en aumento en los últimos meses. Kirchner, hermana del fallecido ex presidente Néstor Kirchner, asumió en marzo del año pasado en una provincia que estaba en la quiebra, con pocos ingresos y muchos egresos por el peso de la estructura del gobierno local. En los últimos meses la situación se fue poniendo cada vez más difícil, y en marzo ocurrieron las primeras protestas de funcionarios, que reclamaban el pago total o parcial de su sueldo. Las protestas estaban dirigidas directamente contra la gobernadora, que hace sólo unas semanas estuvo varias horas de la noche encerrada en la sede de gobierno porque las protestas la habían rodeado y no le permitían salir del lugar.

Para el viernes había una nueva convocatoria a continuar con las manifestaciones, que son protagonizadas principalmente por los docentes, que mantienen las clases paralizadas. Ese mismo día Fernández fue a cenar a la residencia de Kirchner junto a su nieta de 18 meses. El relato de lo que sucedió dentro de la casa lo dio a conocer la ex presidenta en un video publicado el sábado. Fernández contó que estaba cenando con la gobernadora y su nieta cuando un grupo de personas “muy violentas” saltó la reja que rodea los jardines de la casa de la gobernadora e intentó ingresar por la fuerza a la vivienda. La ex presidenta dijo que, después de resguardar a su nieta en una habitación, ella, la gobernadora y tres mujeres que trabajan en la casa tuvieron que reunir varios muebles como en una barricada para que no pudieran abrir la puerta de entrada. Las personas, que supuestamente estaban protestando, lanzaron desde piedras hasta excremento contra la residencia de la gobernadora, especialmente contra las ventanas y las puertas-ventana, varias de las cuales se ven rotas en el video.

Las organizaciones que convocaron a la protesta se desentendieron de las situaciones de violencia y denunciaron que sufrieron una represión fuerte por parte de la Policía. Incluso llamaron a una nueva movilización para la noche del sábado para protestar contra la represión. Según datos oficiales, cuatro personas resultaron heridas durante la manifestación.

En el video que se difundió en redes sociales, Fernández dijo que no quiere llamar “manifestantes” a quienes protestaron contra Kirchner, porque los manifestantes no se comportan de esa manera “tan violenta”. Además, aseguró que se trató de un “ataque planificado y organizado por hombres de Cambiemos en la provincia […], que perdieron las elecciones”, así como “diputados de la provincia” que contaron con “el visto bueno” del gobierno nacional.

Por su parte, Kirchner también responsabilizó al gobierno de Macri por lo sucedido y exigió al gobierno nacional ayuda para una provincia que “está quebrada”. Las dos líderes aseguraron que el gobierno quiere que Kirchner no pueda terminar su mandato para que sea “un trofeo” durante las elecciones legislativas de agosto, así como una señal para todos los gobernadores que no sean afines al gobierno nacional argentino.

Varios integrantes del Ejecutivo de Macri dijeron públicamente que ya se brindó ayuda a la provincia de Santa Cruz, pero Fernández exigió que esa colaboración aumente, en especial para resolver la situación de los docentes, que todavía no terminaron de cobrar sus sueldos de marzo. “El gobierno nacional debería ayudar a cualquier provincia que tiene dificultades […] es una obligación garantizar la paz social”, dijo Fernández en el video publicado el sábado. La ex presidenta consideró que “el problema de la educación no es provincial”, porque “cuando la educación no se puede impartir, pasa a ser un problema nacional”.

El gobierno le propuso a Kirchner que disponga una serie de reformas estructurales dirigidas a bajar el gasto público, en particular mediante el despido de funcionarios. El diario La Nación publicó que desde el entorno del presidente Macri se lamenta que Kirchner se ponga en el lugar de víctima y no esté dispuesta a pagar el costo político de hacer las reformas de fondo que son necesarias. Por su parte, Kirchner reconoce que hay un número demasiado alto de funcionarios, pero que no está dispuesta a comenzar una “ola de despidos” para mejorar la situación.

Acerca del ataque del viernes, Macri se solidarizó con Kirchner en su cuenta de Twitter y dijo que “siempre” repudia la violencia. Además, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, afirmó que había equipos preparados para actuar “en caso de que la situación de seguridad de la ex presidenta lo requiriese”.