La Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) convocó a llevar adelante hoy un paro nacional para protestar contra la represión que sufrieron los docentes cuando quisieron instalar una carpa frente al Congreso. “La represión es un límite que no estamos dispuestos a tolerar. Decimos claramente: no se toca a un maestro, no se toca a un trabajador”, dijo la titular de la CTERA, Sonia Alesso.

La represión policial a los docentes tuvo lugar el domingo de noche, cuando sindicalistas porteños intentaron instalar una carpa blanca en la que tenían previsto dar charlas y “clases” sobre los derechos de los trabajadores en general y los docentes en particular. Los sindicatos habían pedido autorización al gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para instalar la carpa frente al Congreso, pero no recibieron respuesta. El domingo muchos maestros fueron al Congreso para instalar la carpa y, mientras intentaban hacerlo, justo después de que anocheciera, llegó la Policía, que les impidió instalarla y los dispersó utilizando gas pimienta y cachiporras.

Los sindicalistas denunciaron que fueron golpeados con mucha violencia por los policías. Además, fueron detenidas cuatro personas. En el lugar estaban los dirigentes sindicales porteños que han protagonizado el conflicto con el gobierno: Roberto Baradel, Alesso y el secretario de prensa de CTERA, Alejandro Demichelis. Después de la represión, se acercó el senador del Frente para la Victoria Juan Manuel Abal Medina, que acusó al gobierno de querer “invisibilizar” el conflicto docente.

Desde el gobierno porteño se informó que la Policía impidió la instalación de la carpa porque no contaba con la autorización necesaria. El vicejefe de gobierno, Diego Santilli, aseguró que “la Policía actuó de manera defensiva ante un grupo minúsculo que produjo provocaciones”. Los gremios, en cambio, sostienen que fueron los policías los que provocaron los enfrentamientos.

En la misma línea que Santilli, el ministro de Justicia de Argentina, Germán Garavano, dijo a la radio La Red: “Si se va a instalar algo en un lugar público, lo que hay que hacer es requerir la autorización pertinente y no hacerlo de un modo clandestino a la madrugada”. Sus declaraciones también fueron rechazadas por los sindicatos, que subrayaron que habían pedido la autorización y que la instalación comenzó a las 17.00 y no en la madrugada.

Los docentes criticaron que el gobierno porteño reprimiera una forma de protesta creativa que no afectaría a las clases. Según Alesso, el repudio a la represión no proviene sólo de los sindicatos, sino que también lo transmitirán diputados y senadores opositores en una sesión parlamentaria prevista para hoy.

La represión llegó después de que el jueves un fallo judicial respaldara a los docentes en su reclamo de que el gobierno de Mauricio Macri convoque las paritarias nacionales, un encuentro similar a los Consejos de Salarios en el que se aprueba un aumento base para los docentes en todo el país, que los gobiernos provinciales deben respetar en las paritarias de cada provincia. El jueves, la jueza Dora Eva Temis ordenó al Ministerio de Trabajo que convocara, en un plazo de cinco días hábiles, a la paritaria nacional docente, una instancia garantizada en las leyes argentinas, pero el gobierno ya anunció que apelará el fallo.

Antiprotesta

El gobierno de Mauricio Macri evalúa comprar nueva tecnología para cumplir con su promesa de terminar con los piquetes. Según informó el diario La Nación, hay dos armas que está estudiando el gobierno: una de ellas es un dispositivo acústico que emite un sonido intermitente en un tono agudo poco tolerable para los humanos, y la otra es un chorro de espuma que, según el diario, se solidifica en el acto y dificulta el movimiento a quienes son cubiertos por ella. Además, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman, quieren implementar cursos para que la policía antidisturbios incorpore nuevas técnicas. En simultáneo, el gobierno quiere trabajar para frustrar los preparativos logísticos que implican, sobre todo, los piquetes. Lo harán a partir de la información que brindaron los “observadores civiles” que estas carteras enviaron a distintas movilizaciones. Milman aseguró que quienes protestan “llevan un kit-piquete”, en el que hay “bolsas con piedras y palos”, y cuentan con “autos y micros” contratados.