El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, anunció ayer el plan de reforma fiscal del presidente Donald Trump, que incluye la reducción de impuestos “más grande de la historia del país”. Una de las principales propuestas que plantea es la de reducir el impuesto a las empresas de 35% a 15%.

El plan también prevé, entre otras cosas, rebajar de “siete a tres tramos” (10%, 25% y 35%) el impuesto que se aplica a los ingresos de los trabajadores, eliminar el impuesto a las sucesiones y ofrecer deducciones para el cuidado de los niños, informó Mnuchin en conferencia de prensa. Además, se aplicaría un impuesto para la repatriación de beneficios de las grandes empresas en el extranjero, a una “tasa muy competitiva”, según el funcionario, que no quiso dar detalles.

Más temprano, en un foro en Washington, Mnuchin había dicho que el gobierno pediría especialmente a las pequeñas empresas que aprovechen esta rebaja fiscal, y adelantó que se establecerían ciertas protecciones para evitar que quienes tienen altos ingresos intenten “engañar” al sistema para reducir sus impuestos personales.

El secretario brindó un punteo sintético de lo que será la reforma y aclaró que más adelante el gobierno presentará el documento completo. Algunos expertos consultados por el diario The Washington Post consideran que una rebaja fiscal de esta magnitud haría que el Estado perdiera miles de millones de dólares en ingresos en diez años, aumentando la deuda pública. Sin embargo, el secretario del Tesoro insistió en que el plan no implicaría más deuda federal porque no incluye recortes para equilibrar esta reducción en la recaudación vía ingresos, ya que “se pagaría por sí solo” gracias al impulso económico generado. De hecho, insistió en que con estas medidas se puede alcanzar “una tasa de crecimiento económico anual de 3% o superior”.

La reforma tributaria de Trump todavía tiene que ser aprobada por el Congreso. Esta discusión puede demorar, considerando que algunos demócratas ya se mostraron escépticos. El líder de la bancada demócrata en el Senado, Charles Schumer, dijo ayer que su partido todavía tiene que examinar el contenido de la propuesta, pero adelantó que el paquete podría contener medidas que sólo beneficiarían a los más ricos y a empresas como las que dirigió Trump antes de llegar a la Casa Blanca. “Eso no es reforma tributaria. Es sólo un regalo de impuestos a los muy, muy ricos que explotarán el déficit”, dijo Schumer ante el Senado. En cambio, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, afirmó que a los congresistas de su partido les “gustó mucho” el plan.

El anuncio de Mnuchin llega el mismo día en que el secretario de Comercio, Wilbur Ross, dijo en una entrevista con el diario The Wall Street Journal que la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) debería estar terminada para fines de este año. Ross adelantó que si las discusiones con los socios, México y Canadá, se extienden más allá de diciembre, sería difícil conseguir que el pacto sea ratificado por México, que celebrará sus elecciones presidenciales en julio de 2018. A su vez, agregó que Trump está considerando reiniciar las negociaciones sobre acuerdos bilaterales con la Unión Europea y China que su antecesor, Barack Obama, comenzó pero nunca terminó, y reabrir un acuerdo bilateral con Corea del Sur.