La detonación ocurrió ayer de tarde en el tercer vagón de un metro que se desplazaba entre las estaciones Sennaya Ploshchad y Tejnologuicheskiy Institut, según informó el Comité Nacional Antiterrorista (CNA) ruso. Son dos de las estaciones más concurridas de San Petersburgo, y el caos que provocó la explosión, sumado a la gran nube de humo negro que dejó, obligó a las autoridades de la ciudad a cerrar la línea de metro por el resto del día.

Las autoridades informaron que murieron 11 personas y 45 heridos fueron hospitalizados.

De acuerdo con el CNA, otro artefacto explosivo sin detonar fue encontrado y desactivado en la estación Ploshchad Vosstaniya, que se encuentra unos metros al este de Sennaya Ploshchad, cercana, además, a la principal estación de trenes de la ciudad rusa.

El presidente Putin fue más cauto que su primer ministro, Dimitri Medvedev -quien directamente calificó el hecho de “terrorista”-, y dijo que los investigadores no descartan ninguna hipótesis, incluso la del atentado terrorista. “Naturalmente, siempre analizamos todas las variantes: accidental, criminal y, desde luego, que tenga un carácter terrorista”, afirmó el mandatario. La Fiscalía rusa abrió una investigación penal por terrorismo.

Una primera versión de testigos difundida por el canal ruso Ren TV ratifica esta teoría al señalar que un hombre, el presunto autor del ataque, lanzó una mochila con la carga explosiva al interior del tren antes de que se cerraran las puertas en Sennaya Ploshchad. Según la agencia de noticias Interfax, las cámaras de la estación de metro lo captaron.

Quienes lideran la investigación destacaron la “actuación sensata” del conductor del metro, ya que en vez de frenar en el túnel subterráneo, donde ocurrió la explosión, optó por seguir hasta la estación siguiente. Esto “permitió comenzar la evacuación inmediatamente, ayudar a los heridos y salvar vidas”, dijo la portavoz del Comité de Instrucción, Svetlana Petrenko.

El posible atentado ocurrió justo cuando Putin se encontraba en San Petersburgo, su ciudad natal, a la que viajó para participar en un foro de medios organizado por su plataforma electoral Frente Popular y para reunirse con el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko.

Como medida de precaución, las autoridades de San Petersburgo decidieron reforzar la seguridad en varias zonas concurridas de la ciudad, y lo mismo hicieron las de Moscú.