Con el objetivo de “formar a los jóvenes como lectores”, el Programa de Lectura y Escritura en Español (ProLEE) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) impulsa todos los años la iniciativa Biblioteca Solidaria, en la que miembros de la comunidad educativa se prestan a leerles a los niños en las escuelas, para “ampliar las posibilidades de comprensión, de léxico, e invitarlos a una lectura permanente”, explicó a la diaria María Guidali, directora del programa.

Este año, Biblioteca Solidaria se desarrolla en 558 escuelas de todas las categorías, en todo el territorio nacional. La innovación que plantea esta quinta edición es el “protagonismo especial de los diversos actores que van a leer. Este año se extendió la invitación a participar a toda la comunidad, no sólo a los familiares de los niños”, sostuvo Guidali.

Participarán policías comunitarios, productores rurales, profesionales, y otras personas que forman parte de la comunidad pero no estaban directamente relacionadas a la escuela. Según Guidali, esta idea surge de “la necesidad de los niños que provienen de entornos poco letrados de tener cuanto antes modelos lectores que imitar”. “Creemos que estos invitados no previstos demostrarán que la lectura tiene valor también fuera de la escuela”, ilustró. Uno de los logros alcanzados por el programa es la articulación con el Plan Ceibal. Biblioteca Solidaria funciona con una base de 64 libros que son donados a la escuela por ProLEE y que ahora “tienen su versión digital, porque Ceibal compró los derechos de autor”, destacó Guidali. Además, en la ceibalita los estudiantes podrán encontrar una colección de hasta 90 libros recomendados por el programa para expandir el reservorio de lectura.

El desafío a futuro es sostener este programa en el tiempo. Para eso es fundamental la colaboración de estudiantes de la Facultad de Información y Comunicación (FIC) de la Universidad de la República, que participan en el programa en el marco de las actividades de extensión. Actualmente 58 alumnos de la FIC reciben una preparación teórica por parte de ProLEE y acuden a las escuelas como miembros de la comunidad.

Autoridades de la ANEP han manifestado su interés en que esta iniciativa se pueda expandir a las 1.500 escuelas restantes del país que así lo soliciten. Según Guidali, para lograr eso “es fundamental un aumento en los recursos para poder adquirir y enviar a las escuelas más colecciones mínimas y crear nuevos materiales de apoyo para sostener esa lectura en el aula”.