Continuaban ayer las protestas opositoras en Venezuela, un día antes de la reunión de cancilleres de los países miembros de la Organización de Estados Americanos para tratar la situación en ese país. Ya hace más de dos meses que el Tribunal Supremo se atribuyó a sí mismo las funciones de la Asamblea Nacional, decisión que después revocó, y desde ese día se han mantenido las movilizaciones. En el este de Caracas, la zona más rica, la oposición reclama la renuncia de Nicolás Maduro y la liberación de los que denomina los presos políticos. En el oeste, el chavismo demuestra su apoyo al gobierno y a la Asamblea Constituyente que se propone convocar en las próximas semanas.

A lo largo de estos dos meses se han repetido las denuncias cruzadas acerca de personas heridas o ataques sufridos por unos u otros. Ayer el gobernador del estado de Miranda y ex candidato presidencial opositor, Henrique Capriles, denunció en redes sociales que él y su equipo fueron “emboscados” por un grupo de 50 policías militarizados cuando abandonaban una movilización. “¡Todo mi equipo está herido!”, dijo en Twitter.

Mientras el oficialismo acusa a la oposición de no aceptar ninguna de las ofertas de diálogo, Capriles dijo esta semana que su país está “en una fase de desenlace” y que todos los venezolanos quieren “que sea con elecciones democráticas”.