Jorge Lazaroff (1950-1989) fue uno de los cancionistas geniales que ha dado Uruguay. O se podría decir, también: “que se dieron a Uruguay”, porque si bien fue uno de los que se beneficiaron de un entorno en que pululaba energía musical para absorber y donde estaban las condiciones para que florecieran músicos como él, también hay que tener en cuenta los esfuerzos arduos que hizo para formarse, para aprender y ensayar músicas difíciles, para pensar y replantear varias veces sus enfoques creativos, sin dejar de lado los riesgos que corrió (no sólo estéticos, en cuanto fue un activo, notorio e influyente opositor de la dictadura). Y sin duda dio más de lo que recibió.

Su memoria está viva, como lo muestra el libro Escritos, editado en 2014, con sus escritos críticos y teóricos, recopilado por Graciela Paraskevaídis: pocas semanas después de salir, se lo veía por todos lados, en manos de músicos jóvenes, nacidos varios de ellos después de que el Choncho ya se había muerto. Ello se debe a que se lo recuerda como un tipo inquieto, experimentador, rebelde, carismático. Pero su música rara vez se escucha: muy pocos, y en raras ocasiones, las tocan en vivo, casi nunca se pasa por la radio, sus discos vienen circulando poco.

Paliar ese olvido fue uno de los objetivos de Felipe Castro e Ismael Collazo cuando concibieron el espectáculo Adiós Lazaroff, que se realizará en la sala Balzo, del SODRE, este miércoles 17 a las 21.00. El repertorio va a ser íntegramente de canciones del Choncho (alrededor de una veintena, de todas sus épocas, desde los inicios en 1977, con el grupo Los que iban cantando). Otros objetivos, por supuesto, son el desafío de sacar y reproducir piezas que no son nada simples, y el goce de tocar y compartir esas canciones originales, incisivas, llenas de propuestas estimulantes.

Felipe Castro, además de ser sobrino de Lazaroff, fue su alumno de niño: con seis o siete años fue a estudiar con él al Taller Uruguayo de Música Popular, una institución que el Choncho contribuyó a fundar. Ismael Collazo es más joven: no llegó a conocerlo personalmente, pero se cuenta entre los jóvenes que tuvieron la suerte de encontrarse con su música y enriquecerse con ese tesoro patrimonial de Uruguay. La mayoría del espectáculo lo harán a dúo: dos voces y dos guitarras. Pero se prevé la participación de invitados en algunos temas, como Raúl Castro, Miguel López (de Rumbo), Nacho Alonso (de La Mojigata), Juan Eduardo Lazaroff (hermano del Choncho, integrante de su última banda) y un coro dirigido por Jorge Damseaux.

El título del espectáculo es para entendidos: es medio tarde para despedir a Lazaroff. “Adiós Lazaroff” es una frase de la canción “¿No serán zambas?”, estrenada en el espectáculo Dos (1983), en la que el Choncho dialogaba con su propia imagen filmada. El Lazaroff filmado representaba un costado más tradicional, atávico, “razonable”, y el Lazaroff en vivo, que con este tema proclamaba su independencia, no contemplaba límites. El espectáculo lidiaba con la interacción dialéctica y necesaria entre ambos supuestos opuestos.

Adiós Lazaroff. En la Sala Hugo Balzo del SODRE (Mercedes y Andes), viernes 17 a las 21.00. $ 350. Entradas en Tickantel.