La primera ministra británica, Theresa May, informó ayer que Reino Unido elevó su nivel de alerta a estado “crítico”, el más alto, por el temor de que se produzca un nuevo atentado de forma “inminente”. Como consecuencia, hasta 5.000 miembros de las Fuerzas Armadas patrullarán algunas zonas del país bajo el mando de la Policía, incrementando la seguridad en áreas consideradas de máximo riesgo. Esta es la primera vez que el nivel de alerta aumenta al máximo; desde 2014 se mantenía en “severo”, que significa que “un ataque es altamente probable”.

En su comparecencia ante los medios, May también dijo que el autor del atentado cometido el lunes en el Manchester Arena, al terminar un recital de Ariana Grande, podría contar con un grupo de apoyo que cometa nuevos atentados. “El trabajo durante toda la jornada ha revelado que no podemos ignorar la posibilidad de que haya un grupo más amplio de individuos ligados al ataque”, advirtió.

A lo largo de la jornada de ayer, el trabajo policial determinó que la explosión ocurrida a la salida del recital fue un atentado suicida cuyo autor fue identificado como Salman Abedi. El ataque causó la muerte de 22 personas y dejó a 59 heridas, 12 de ellas menores de 16 años. Hasta ahora fueron identificados los cuerpos de tres personas: un hombre de 28 años y dos mujeres de ocho y 18.

El autor del atentado tenía 22 años y era un ciudadano británico cuyos padres habían huido de Libia a Reino Unido durante el gobierno de Muamar el Gadafi, informó la agencia de noticias Efe. La casa en la que vivía Abedi fue allanada, así como la de su hermano Ismael, en otro barrio. Cerca de la casa del atacante fue detenido otro hombre, a quien no se identificó, aunque sí se informó que tiene 23 años y que se sospecha que tenía una conexión con el atentado. Según los medios británicos, se preveían más detenciones y allanamientos, tanto en Manchester como en el resto del país.

El ataque fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que dijo que Abedi era “uno de los soldados del califato” y había actuado contra los “infieles” por las “transgresiones a la tierra de los musulmanes”. Tanto Reino Unido como Francia, que ha sufrido varios atentados de EI, forman parte de la coalición militar liderada por Estados Unidos que busca eliminar la presencia yihadista en Siria e Irak.

El atentado de Manchester fue comparado con el del Bataclan en París, en noviembre de 2015, porque estuvo dirigido a un espacio en el que gente joven se divertía escuchando música en vivo de artistas estadounidenses. En el caso del Manchester Arena, había muchos niños, que son mayoritariamente el público de la ex chica Disney convertida en cantante pop.

Además de temor, el atentado causó la suspensión por tiempo indeterminado de la campaña para las elecciones del 8 de junio, en las que Reino Unido elegirá su próximo gobierno. Esta es la segunda campaña en un año que se suspende por un atentado: el 16 de junio de 2016 el asesinato de la diputada laborista Jo Cox paralizaba la campaña para el referéndum sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Pese a estos efectos del ataque del lunes, May aseguró que los terroristas “no vencerán” y dijo que este atentado se destacó “por su cobardía”.