El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido político de Andrés Manuel López Obrador, se reunió el domingo de noche en su Congreso Nacional, en el que pudo celebrar su crecimiento en las elecciones del 4 de junio en cuatro estados mexicanos. Según las crónicas de la prensa mexicana, la alegría de los integrantes de Morena era evidente en el centro de convenciones de Tlatelolco, en Ciudad de México.

Allí, la ex candidata a liderar el gobierno del estado de México, Delfina Gómez, encargada de abrir el congreso, fue recibida al grito de “¡Gobernadora!”. La dirigente, que se dispone a iniciar una gira bajo el lema “La esperanza se defiende”, para agradecer el apoyo de los votantes, pidió en el congreso que los militantes de Morena se enfoquen en las elecciones de 2018, en las que López Obrador podrá volver a competir por la presidencia.

Al mismo tiempo, Gómez denunció que en la campaña para las elecciones del domingo 4, el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) excedió los gastos permitidos para hacer propaganda, lanzó falsas acusaciones contra ella, y si ganó, su victoria es “producto del miedo y los billetazos”.

Los resultados finales de esas elecciones divulgados el viernes confirmaron que el más votado en la Ciudad de México fue el candidato del PRI, Alfredo del Mazo, con 33,69% de apoyo frente a 30,91% de Gómez. Desde el día de las elecciones, López Obrador proclamó la victoria de la candidata de Morena y reclamó un recuento completo de votos, al que las autoridades electorales no accedieron.

El viernes, después de divulgado el resultado oficial, López Obrador reclamó “el reconocimiento del triunfo de la maestra Delfina”. Se refirió al fraude electoral que denuncia su partido, y dijo: “Yo acuso a [el presidente mexicano] Enrique Peña Nieto”.

En cualquier caso, los números oficiales, en los que la candidata de Morena le pisa los talones al poderoso PRI, justificaban el entusiasmo que mostraron los participantes del congreso.

Durante el encuentro, López Obrador se refirió a las alianzas con otros partidos. Un par de días antes, Alejandra Barrales, la presidenta del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que el dirigente abandonó en 2012, dijo al diario español El País que “es una obligación” explorar para 2018 “la posibilidad de un frente de izquierda, ciudadano, para evitar que el PRI repita gobierno”. El líder de Morena no está de acuerdo. Llamó a buscar una alianza con los ciudadanos de los distintos partidos, pero rechazó establecer una con las organizaciones políticas.

López Obrador afirmó: “Por congruencia –es mi punto de vista–, no podemos marchar juntos con esos partidos”. Aclaró que se refería específicamente al PRI, el Partido Acción Nacional, el Partido Verde Ecologista de México (que fue aliado del PRI en las elecciones del domingo 4), el Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza y el PRD. En particular, se refirió a los dirigentes del PRD para decir que en las últimas elecciones “salió a flote” su “inmoralidad” en su política de alianzas y consideró que quienes “transaron con la mafia del poder son mercenarios oportunistas”, según informó el diario La Jornada. López Obrador agregó que “ser de izquierda representa dos cosas: un sincero amor por el pueblo y ser honestos, porque los corruptos no son de izquierda”.

“Hay sumas que restan”, agregó el dirigente, de acuerdo con el diario Excélsior. “No vamos a ir solos a la cita que tenemos con la historia el año próximo, vamos a ir con la gente, con millones de mexicanos que más allá de los partidos claman y luchan por un cambio verdadero”, concluyó.

El congreso avaló su posición contraria a las alianzas y coincidió con el dirigente en hacer una excepción con el Partido del Trabajo, una organización de izquierda que retiró a su candidato a gobernador del estado de México para sumar su respaldo a la postulante de Morena.

El dirigente advirtió que se acerca una campaña de desprestigio y llamó a los militantes a recordar todas las veces que sea necesario que su partido no está en contra de los empresarios, no es populista y no es seguidor de gobiernos extranjeros, “ni de [Nicolás] Maduro, ni de [Donald] Trump”.