Producida por Netflix y recibida por muchos como la sucesora de Orange is the New Black —con la que tiene muchos puntos en común en cuanto al concepto y el sentido del humor—, GLOW trata sobre un grupo de luchadoras de los años 80. Es un auténtico festín de peinados y ropas de exageradísimo mal gusto, pero también una visión satírica sobre un variopinto grupo de mujeres tratando de salir adelante en un entorno predominantemente masculino y machista.

Con la expresiva Alison Brie (Community, Mad Men) en el desinhibido y muchas veces ridículo papel protagónico, GLOW es simultáneamente nostálgica y crítica de su tiempo, pero sobre todo divertida, compacta y apoyada en diversos personajes interpretados por uno de esos elencos deslumbrantes a los que la televisión actual nos está acostumbrando. Con la mezcla adecuada de levedad y seriedad, es ya uno de los estrenos más logrados del año.