El oficialismo organizó ayer diversos actos de cierre de campaña para la elección del domingo, de la que saldrán los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente venezolana. A la oposición, que rechaza esa convocatoria y tenía prevista una protesta para hoy en Caracas, el gobierno de Nicolás Maduro le informó que quienes participen en manifestaciones que puedan “perturbar” la elección enfrentarán penas de cinco a diez años de prisión.

“Se prohíben en todo el territorio nacional las reuniones y manifestaciones públicas, concentraciones de personas y cualquier otro acto similar que pueda perturbar o afectar el normal desarrollo del proceso electoral”, advirtió en televisión el ministro del Interior, Néstor Reverol, junto a autoridades electorales y del Ministerio de Defensa. Agregó que “quien organice, sostenga o instigue a la realización de actividades dirigidas a perturbar la organización y funcionamiento del servicio electoral o de la vida social del país será penado con prisión de cinco a diez años”. El ministro informó además que “personal de oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana” estará a cargo de controlar operaciones de la Policía estatal y de “19 cuerpos municipales de Policía”. De este modo, varias fuerzas de seguridad regionales quedarán a cargo de las autoridades nacionales.

Ante la advertencia, la oposición decidió intensificar las medidas de protesta. La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y varios de sus dirigentes anunciaron en redes sociales que la protesta prevista para hoy en la capital, que había sido llamada “toma de Caracas”, se extenderá para convertirse en una “toma de Venezuela”. Esta manifestación es la última protesta prevista por los opositores para frenar la Asamblea Nacional Constituyente antes de la votación del domingo. Con el mismo objetivo estaba convocado desde el miércoles un paro de 48 horas, que tuvo un acatamiento desigual según la zona del país.

Por su parte, el oficialismo tuvo ayer sus actos de cierre de campaña para la Constituyente, que se desarrollaron en distintas ciudades a lo largo del día.

En un acto en Caracas, Maduro dijo a los venezolanos que apoyan la Constituyente que han elegido “el único camino de paz”, y anunció que “a los lacayos del imperialismo el pueblo venezolano les tiene preparada una sorpresa el domingo, y se llama elecciones constituyentes”.

Según informó la agencia de noticias Efe, durante el acto Maduro criticó ayer a varios gobernantes extranjeros que “le han dado la orden a Venezuela” de detener la convocatoria del domingo, tanto al estadounidense, “el emperador Donald Trump”, como al colombiano, “su súbdito, el vasallo Juan Manuel Santos”, o a Enrique Peña Nieto, líder del “gobierno más entreguista y asesino que ha tenido México”.

Insistió en presentar la votación del domingo como una reafirmación de la soberanía de su país y dijo que “en Venezuela manda el pueblo de Venezuela”. Finalmente, llamó a la oposición a abandonar “el camino insurreccional” y a participar en una “mesa de diálogo, acuerdo nacional y reconciliación de la patria” antes de la votación del domingo.