A los 92 años, Ascención Mendieta logró enterrar a su padre, Timoteo, muerto hace casi ocho décadas. La última vez que lo vio fue una tarde de abril de 1939. Ese día, un falangista y un soldado entraron a su casa en Sacedón, un pueblo de la provincia española de Guadalajara, y se llevaron con ellos a Timoteo Mendieta.

De 41 años, con siete hijos, carnicero y presidente de la Unión General de Trabajadores (UGT) en su pueblo, Mendieta fue fusilado el 15 de noviembre de 1939, y su cuerpo fue arrojado a una fosa común en el cementerio de Guadalajara. Ascención y su hermana Paz, que murió en 2012, le habían prometido a su madre que recuperarían su cuerpo. Fue el hijo de Ascención, Francisco Vargas, quien repasó esta historia el domingo, cuando finalmente pudieron enterrar a su abuelo.

Vargas también denunció los esfuerzos que hicieron él y su madre antes de poder darle ese cierre a su historia, según citó el diario español Público. “Recorrimos 20.000 despachos, y ministerios, y se nos fueron cerrando todas las puertas; hasta que mi hermana se enteró de que había una causa abierta en Argentina”, dijo. Agregó que no hubo ningún interés de las autoridades españolas en facilitarles la búsqueda.

Fue necesaria la intervención de la Justicia argentina para que el cuerpo de Timoteo fuera localizado. Debido a que en España se aplica una ley de amnistía que ha frenado la investigación de los crímenes de la dictadura de Francisco Franco, Ascención recurrió al principio de justicia universal. Viajó en 2013 a Buenos Aires para sumarse a un grupo de familiares de víctimas del franquismo que habían presentado una denuncia conjunta ante la jueza argentina María Servini de Cubría. En 2016, Servini dispuso una exhumación para hallar el cuerpo de Mendieta, sin resultados. Pero en un segundo intento, en mayo de 2017, su cuerpo fue exhumado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, y en junio fue identificado. Después de décadas de búsqueda, Ascención recibió una llamada y le dieron la noticia.

La Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica agradeció públicamente “el tesón de Ascensión Mendieta, su valentía, su gran ejemplo de amor por su padre y su enorme esfuerzo en la lucha por los derechos humanos, en un país en el que ningún gobierno de la democracia ha hecho nada por ayudarla”. Fue esa misma asociación la que financió, gracias a donaciones y trabajo voluntario de decenas de profesionales, las tareas de exhumación, que duraron tres semanas. No hubo ayuda del Estado, ya que los recortes del gobierno de Mariano Rajoy eliminaron partidas previstas en la Ley de Memoria Histórica, informó el diario El País. Como para completar ese clima, la Radio Televisión Española se convirtió ayer en blanco de críticas por no haber informado sobre el entierro de Mendieta en sus informativos.

Otros 27 cuerpos fueron hallados junto a los del dirigente, y en los últimos 17 años se han recuperado en España los cuerpos de más de 1.400 desaparecidos. “Hay más de 100.000 Timoteos enterrados en fosas y cunetas”, dijo el domingo su nieto.

Ese día, el cuerpo de Timoteo Mendieta fue enterrado en Madrid, con su féretro cubierto por la bandera republicana y entre aplausos de decenas de personas que recibieron en el cementerio al sindicalista fusilado y a su hija. “Muchas gracias a todos por venir a este acto tan triste”, les dijo Ascención.