La oposición venezolana comenzó ayer un paro de 48 horas con el objetivo de frenar la convocatoria a la elección de integrantes de la Asamblea Constituyente, prevista para el domingo. Según agencias internacionales de noticias con presencia en Caracas, como Reuters y Efe, el impacto del paro era evidente ayer, pero también era menor que el del paro de 24 horas convocado el jueves de la semana pasada.

La medida era respaldada, entre otros, por la principal patronal de Venezuela, Fedecámaras, que ha definido al paro de 48 horas como una “protesta ciudadana” de “expresión democrática”. Mientras tanto, dirigentes oficialistas como el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, tuiteaban fotografías de Caracas, supuestamente tomadas ayer, en las que aparece gente circulando como si fuera un día normal.

El vicepresidente de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara, convocó a todos los venezolanos a quedarse en sus casas o participar en los piquetes de las principales avenidas de Caracas, aunque les pidió que se permita el pasaje de personal médico y de periodistas. Guevara también llamó a que las rutas nacionales no fueran cortadas hasta hoy, para que pudieran llegar desde el interior del país todos los que quisieran sumarse a la movilización.

Las mismas rutas serán utilizadas por chavistas que quieran llegar al cierre de la campaña para la elección del domingo, que está previsto para esta noche y en el que estará presente Nicolás Maduro. El presidente pidió a sus seguidores que viajen desde todo el país rumbo a Caracas para participar en “la mamá de los cierres de campaña constituyente”. El paro opositor se superpone con los varios de los actos de campaña previstos por el oficialismo para ayer y hoy. Además, la oposición convocó para mañana a una “gran marcha” para exigir que se cancele la convocatoria y anunciar la forma que utilizará para intentar boicotearla.

Mientras en las calles se desarrollaban movilizaciones, el líder opositor Leopoldo López, en prisión domiciliaria, publicó en las redes sociales un video en el que llama a las Fuerzas Armadas a retirar su apoyo a las elecciones del domingo. “Los invito a que no sean cómplices de la aniquilación de la República, de un fraude constitucional, de la represión”, dice en el video, y agrega: “Tengan la seguridad de que contarán con los ciudadanos y la Constitución”.

Al impacto del paro se sumaron las sanciones y peticiones en el ámbito internacional. Por un lado, el gobierno de Estados Unidos decidió sancionar a 13 jerarcas venezolanos vinculados con la elección a la Asamblea Constituyente. Fueron sancionados dirigentes relacionados con el control de divisas en Venezuela, jerarcas de las Fuerzas Armadas y de la Policía a los que Estados Unidos responsabiliza por la represión de las protestas, y dirigentes vinculados directamente con la organización de la Constituyente –entre ellos, la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, y el jefe de la comisión presidencial para la Constituyente, Elías Jaua–.

Por su parte, el gobierno español convocó al embajador venezolano en Madrid para manifestarle su rechazo a la Asamblea Constituyente y pedir que el Ejecutivo dé pasos hacia un diálogo nacional. Además, un grupo de 13 países de la Organización de los Estados Americanos publicó un comunicado conjunto en el que llaman al gobierno de Maduro a “suspender el proceso” de las elecciones para la Constituyente. Esos países (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú) consideran que este proceso “implicaría el desmantelamiento definitivo de la institucionalidad democrática” e iría en contra de “la voluntad popular expresada en la consulta del 16 de julio”, que llevó a cabo la oposición.