Las organizaciones de izquierda en Brasil bloquearon ayer aeropuertos, rutas y vías principales. Se manifestaron frente a hospitales, cerraron la atención en refinerías y estaciones de servicio de Petrobras y se movilizaron en cientos de puntos del país. No solamente para reclamar elecciones directas y pedir por sus derechos, sino también para tratar de frenar el plan económico del gobierno de Michel Temer, que todas las semanas enfrenta una nueva denuncia por corrupción. Ayer el Supremo Tribunal Federal de Justicia decidió liberar (por ahora) al ex asesor presidencial Edson Fachin, que deberá usar tobillera electrónica. Las centrales sindicales convocaron ayer un paro general que movilizó a cientos de miles de personas en diversos puntos de Brasil. Los tres aeropuertos de San Pablo fueron bloqueados por distintos grupos. Integrantes del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra bloquearon el acceso a la terminal aérea de Congonhas. La represión y detención arbitraria de trabajadores en algunos puntos de San Pablo fue denunciada por las organizaciones convocantes. En Río de Janeiro se impidió la circulación vehicular en distintas arterias. El Sindicato de Comerciantes de Nova Iguaçu fue invadido por la Policía, que se llevó detenidos a sindicalistas. En el estado de Santa Catarina la Policía usó balas de goma. En Porto Alegre, dos dirigentes de la Central de los Trabajadores y Trabajadoras de Brasil fueron detenidos en un piquete, y no fueron las únicas detenciones.