Está en marcha desde ayer y sigue hasta el miércoles 26 la Semana del Documental, el espacio de exhibición de films documentales organizado, como desde hace 20 años, dentro de DocMontevideo, el encuentro documental del televisoras latinoamericanas, que incluye talleres de formación, encuentros entre distintos agentes de la industria y reuniones de la red TAL (Televisoras de América Latina).

El área de exhibición consiste en 11 films latinoamericanos, agrupados en tres bloques, que distinguen entre documentales históricos o basados en hechos del pasado, otros referidos a problemas y fenómenos de la actualidad, y otros que tratan de figuras individuales específicas.

Hoy en la Sala Zitarrosa, y con la presencia de sus directores, se exhibirán, a las 19.00, la argentina Soldado (Manuel Abramovich) y a las 21.00 la brasileña Meu Corpo é político, de Alice Riff. La primera describe la formación simultánea de un joven de 19 años como integrante del ejército y como músico de la banda militar, siguiendo sus pasos a lo largo de un año; la película de Riff trata de la vida cotidiana de cuatro personas trans de los suburbios de San Pablo y su relación con su entorno y su militancia diaria.

Mañana domingo, también en la Sala Zitarrosa, se exhibirá a las 19.00 La libertad del Diablo, del mexicano Everardo González, un retrato de los estragos psicológicos producidos —tanto en víctimas como en victimarios— por la guerra al narcotráfico en México, donde sólo en los últimos cinco años se ha cobrado más de 100.000 vidas, enfocando el conflicto como la auténtica conflagración traumática que es. A las 20.30 sigue una de temática similar, pero de tono más optimista, El silencio de los fusiles, de Natalia Orozco, que cuenta las difíciles negociaciones entre las FARC y el gobierno colombiano para alcanzar una paz definitiva luego de medio siglo de guerra. La directora también estará presente en la sala.

El lunes el festival se traslada a la sala Zavala Muniz del Teatro Solís, para ofrecer a las 20.00 la brasileña Martirio, de Vincent Carelli, que cuenta la historia desde los años 80 de la lucha contra la opresión de los indios guaraní kaiowá, población original de la zona próxima a la Triple Frontera, permanentemente hostilizada y despojada por la oligarquía agraria brasileña, que los acusa de ser extranjeros en su propia tierra. Una extensa y profunda mirada hacia un despojo discriminatorio que lleva ya siglos y que en las últimas décadas ha comenzado a organizarse para el reclamo de sus territorios sagrados.

El martes se vuelve a la Zitarrosa para la exhibición a las 19.00 de Ejercicios de memoria, de Paz Encina, y a las 21.00, Al otro lado del muro, de Pau Ortiz, con la presencia de ambos directores. Ejercicios de memoria es una producción paraguayo-argentina que trata sobre la vida de Agustín Goiburú, un opositor a la dictadura militar de Stroessner que desapareció en 1976 en la provincia argentina de Entre Ríos, en el marco de las represiones coordinadas ejecutadas por los gobiernos militares en los años 70, y cuya historia es narrada por sus parientes y amigos.

Al otro lado del muro es una obra mexicano-española que, como señala el título, habla sobre las dificultades de una familia de inmigrantes hondureños del lado mexicano de la frontera entre este país y Estados Unidos, mediante la historia de dos adolescentes cuya madre ha sido encarcelada y que deben hacerse cargo de su familia.

El miércoles finaliza la Semana del Documental, también en la Sala Zitarrosa, con El (im)posible olvido, de Andrés Habegger, en primera función a las 19.00, una coproducción entre Argentina, México y Brasil, que también trata de la coordinación represiva de los años 70, a través de la mirada del hijo de un militante desaparecido en Brasil. Como cierre se dará a las 21.00 un documental de temática bastante distinta al resto: Los niños, de Maite Alberdi, que trata de un grupo de amigos con síndrome de Down y próximos a los 50 años, que han sido compañeros de la misma escuela durante cuatro décadas y que ya en la mediana edad, y en algunos casos sin parientes que se ocupen de ellos, se organizan para ser reconocidos como personas capaces de ganarse la vida por sí mismos.