Están en Montevideo desde el lunes. El martes tuvieron doble función para escolares en la Sala Zitarrosa (18 de Julio 1012) y el jueves se presentaron en el espacio Felisberto Hernández de la misma sala con su repertorio para adultos, Raíz marina. Hoy brindarán el taller Juegos de guarandinga: creación colectiva de canciones, en el espacio cultural El Chamuyo (25 de Mayo 591), y mañana a las 16.00 volverán a la Sala Zitarrosa con su espectáculo para niños ¡Vámonos de viaje!

Xóchtil Galán y Fito Hernández son cubanos y desde 1999 conforman el dúo Karma. “La música cubana, nuestras raíces esenciales están muy presentes. Ritmos como el pilón, el chachachá, el mambo, la música campesina cubana, el afro, el son, y también fusiones con ritmos de otras latitudes. Con la guitarra, dos voces y las sonoridades de instrumentos como el caxixis y la kalimba, así como con percusiones con el cuerpo, vamos cantando vivencias de viajes, las emociones, sorpresas y abrazos del camino, contando de nuestros sueños, tradiciones y paisajes o de las fascinaciones del misterio de los astros y la noche”, dicen.

Esta es la segunda vez que están en Montevideo. Tenían ansiedad por el reencuentro con el público uruguayo, que les había brindado una respuesta afectuosa, y que se continuó en el contacto mediante las redes sociales. Contaron que el espectáculo que van a presentar mañana incluirá “canciones del disco ¡Vámonos de viaje!, otras de En guarandinga por toda Cuba, proyecto que compartimos con nuestra querida amiga Rita del Prado y al que le tenemos mucho cariño, y otras canciones más nuevas que estarán incluidas en el disco que está en proceso de grabación en estos momentos. Habrá canciones, juego, canciones para cantar y bailar juntos, un pedacito de nuestro Caribe para compartir con el hermoso y entrañable público uruguayo”. Definen el espectáculo como una invitación a la aventura y el disfrute, a la emoción del viaje desde que se prepara la mochila y que abarca los abrazos y sorpresas que depara el camino.

El dúo, que ya lleva 18 años haciendo música, ha incursionado desde los inicios en las dos vertientes de su repertorio, para adultos y para niños: “Son canciones, muchas de ellas, con una propuesta lúdica y de interacción con el público que incluye al adulto. Cuando los familiares o acompañantes se permiten jugar y compartir el momento de disfrute con los niños en el momento del concierto, es hermoso lo que se ve desde el escenario. La expresión del niño mirando al adulto jugar y emocionarse con lo que le es más cercano nos da mucha satisfacción. En la propuesta están presentes el humor, la poesía, lo lúdico, nuestras raíces y temas universales”.

Con respecto a la música para niños latinoamericana, comentaron: “Actualmente hay muchísimas propuestas en tonos muy variados y válidos. En los últimos años se ha desarrollado un concepto más abierto y enriquecedor del arte para niños, menos simplista y artísticamente más cuidado. Aún hay mucho por hacer en este terreno, que es muy fértil. La música es una herramienta eficaz para desarrollar la sensibilidad, el gusto por la belleza, para mover inquietudes desde edades muy tempranas, para crecer con un sentido más noble y humano. La música destinada a los niños tiene que abrirles puertas y romper barreras, no ponérselas o simplificarles el mundo, que de simple nada tiene. Quien crezca escuchando buena música, leyendo buena literatura, viendo buen cine, yendo al teatro, seguramente tendrá una visión más amplia y humana”.