Un tribunal de la provincia argentina de Jujuy dispuso para la líder de la organización Tupac Amaru, Milagro Sala, el beneficio de la prisión domiciliaria, que comenzará a aplicarse cuando el juzgado a cargo de otras causas que enfrenta la activista se pronuncie en el mismo sentido, algo que prevé que ocurra en pocos días. Sala será trasladada a una vivienda que sus abogados defensores han calificado de “inhabitable”.

La decisión judicial fue tomada “de acuerdo a lo dispuesto” por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en un dictamen de comienzos de agosto, que el gobierno argentino debía cumplir antes del viernes 11. El titular del Juzgado de Control en lo Penal Nº 3 de Jujuy, Gastón Mercau, comunicó que el traslado se hará, pese a que considera que implica un riesgo de fuga que no se debería asumir, porque la CIDH se expidió en ese sentido y su fallo es vinculante porque Argentina “está adherida a tratados interamericanos”.

El juez aclaró que la liberación no ocurriría de inmediato, sino cuando el otro juez que está a cargo de causas referentes a Sala, Pablo Pullen Llermanes, también disponga esa medida y cuando haya sido acondicionada la vivienda a la que será trasladada Sala. La activista kirchnerista e integrante del Parlasur está en prisión preventiva en tres causas en las que está acusada de “asociación ilícita, extorsión y fraude”, “tentativa de homicidio calificado por precio o promesa remuneratoria” y lesiones graves.

La decisión de Mercau fue celebrada por la defensa de Sala, pero también hubo críticas. Según los abogados de la dirigente, el gobierno obedeció de forma tardía el dictamen de la CIDH porque la liberación podría haber sido vista como una derrota para el oficialismo y no convenía que ocurriera antes de las elecciones primarias del domingo. Además, hubo reparos a la casa en la que Sala deberá cumplir con la prisión domiciliaria, que los abogados defensores consideran “inhabitable”.

La semana pasada Mercau ordenó a la Gendarmería Nacional que revisara dos casas que están a nombre de Sala para ver en cuál podría cumplir con la prisión domiciliaria la líder social. Una era la vivienda de Sala, en el barrio Cuyaya, y la otra, un lugar que había sido adquirido para convertirlo en un centro de rehabilitación, en la localidad de El Carmen, pero cuyas obras de acondicionamiento no se terminaron.

El informe de la Gendarmería concluyó que la casa de Cuyaya no cumplía con ciertas condiciones necesarias para las tareas de control y custodia. “No es sólo por la seguridad de ella, sino también porque la fuerza nacional debe instalar un container y eso también genera inconvenientes para los vecinos de la zona”, dijo Mercau. Acerca de la otra casa, el juez reconoció que “se tiene que acondicionar el inmueble, faltan algunos elementos”.

Una de las abogadas de Sala fue más allá en los cuestionamientos y tuiteó: “La justicia de Morales [en referencia al gobernador de Jujuy y enemigo político de Sala, Gerardo Morales] dispuso la domiciliaria de Milagro en una casa que no habitaba, que no tiene luz, agua, ni sanitarios. Persecución”. Agregó que el lugar al que irá Sala fue “completamente destruido” por “la patota de Gerardo Morales” para evitar que se estableciera el centro de rehabilitación.

Se trata de una construcción amplia de dos pisos que, de acuerdo con la información y las fotos de la organización, no se terminó de construir, ya que faltan, entre otras cosas, todo el equipamiento y el amoblamiento, así como puertas y ventanas.

Por su parte, Morales publicó en su cuenta de Twitter otra imagen en la que se ve a la casa desde afuera, con una piscina al fondo y varios árboles a su alrededor, y escribió: “Es vergonzoso que una delincuente como Milagro Sala tenga el privilegio de prisión preventiva en su mansión construida con plata del pueblo”.