Las diferencias entre el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, y los sectores del oficialismo que responden al ex mandatario Rafael Correa se profundizaron en los últimos días. Tanto es así, que Moreno firmó ayer un decreto en el que le retiró todas las funciones a su vicepresidente, Jorge Glas, un dirigente leal a Correa que expuso públicamente sus críticas a la nueva administración.

En su decreto, Moreno recordó que según la Constitución ecuatoriana, el vicepresidente, además de reemplazar al jefe de Estado, “ejercerá las funciones que este le asigne”. Aclarado esto, dispuso que queden sin efecto todos los decretos, artículos y normas diversas en las que le encomendó tareas a Glas, “retirándose así todas las funciones asignadas al vicepresidente de la República”. Una de estas era la de integrar el comité que se encarga de atender la situación de Manabí y Esmeraldas, dos regiones que fueron afectadas por un terremoto en 2016.

Por lo demás, el decreto es una declaración política en la que Moreno fundamenta su decisión. Afirma, por ejemplo, que la lealtad y el compromiso asumidos “por el proyecto político de la Revolución Ciudadana implican servir a la patria en unidad de esfuerzos, lo cual no ha sido debidamente entendido por el vicepresidente de la República”. A pesar de estas valoraciones y de que no tiene funciones asignadas, Glas dijo ayer que no va a renunciar a su cargo.

Las tensiones en el Ejecutivo se deben a que en la gobernante Alianza País conviven dos líneas distintas, la de Correa y la de Moreno, que al iniciar su gobierno, a fines de mayo, dejó sin efecto políticas de la administración anterior y cambió de actitud ante la oposición. En lugar de confrontar con esta, como hizo Correa, Moreno buscó un diálogo con sus distintos sectores, desde empresarios hasta organizaciones indígenas.

Desde el comienzo del nuevo gobierno, Correa se permitió criticar este giro. Pero el viernes fue Moreno quien cuestionó al ex presidente. En un discurso televisado dio datos de la deuda pública de Ecuador, de los distintos tipos de pasivos que tiene el país, y calificó de “crítica” la situación financiera que “heredó”. Explicó que debido a la suba del dólar, la baja en el precio del petróleo y de las materias primas, y los efectos que tuvo en la economía el terremoto de 2016, se recurrió en los últimos dos años al financiamiento externo e interno. “Al entrar en una situación económica compleja, las decisiones que se tomaron no fueron debidamente mesuradas y se puso al límite la sostenibilidad de nuestra economía”, dijo, antes de anunciar que en setiembre su gobierno presentará su plan económico.

En respuesta a Moreno, Correa publicó en Twitter que en ese informe a la población se sumaban distintos tipos de deuda, que no eran comparables, con el objetivo de “generar un escenario tremendista, seguir ‘diferenciándose’ [de su administración], y justificar un paquetazo en el mes de setiembre”. Ayer, el ex presidente le dijo públicamente a Glas que tome el decreto de Moreno como “una condecoración”.

Alineado con Correa, Glas había hecho públicas sus críticas al gobierno, y el miércoles acusó a Moreno, en una carta, divulgada en redes sociales, de haberse apartado de la Revolución Ciudadana y de pactar cargos con “personajes nefastos” de la oposición –algo que el presidente ha negado–. Acerca del sobreendeudamiento del que habló Moreno, Glas dijo que el mandatario “conocía muy bien las cifras económicas, porque él fue parte del gobierno anterior” y lo “defendió, para ganar” las elecciones.

Correa y Glas también le reprochan a Moreno que se siente a dialogar con opositores que acusan al actual vicepresidente de estar involucrado en el supuesto pago de sobornos a funcionarios por parte de la constructora Odebrecht en Ecuador. “Me han acusado de todo y no han podido probar nada, porque no he hecho nada malo”, dijo Glas el martes. A Moreno le han preguntado por qué no defiende o condena a funcionarios acusados públicamente, pero él responde que no quiere influir en aquellos que tienen el deber de determinar si son culpables: “La persona que tiene a cargo una función podría interpretar que mis ideas y criterios son el dictamen a favor o en contra”. Ayer Moreno llamó a la unidad de los ecuatorianos y pidió en Twitter: “Utilicemos las redes para construir, nunca para destruir”.