Ver una obra con play y stop tiene sus ventajas: nadie se queja de lo que tardamos en desenvolver un caramelo, no se oyen monsergas sobre apagar el celular, no hay que sacarse las pantuflas ni es requisito reservar. Claro que no es lo mismo. Es teatro filmado, terreno liminal. No es cine ni es televisión —ni teatro, según se mire—. Es otra cosa lo que ofrece la plataforma argentina Teatrix —disponible para suscriptores uruguayos desde sus inicios, hace dos años y medio— por diez dólares mensuales que se pueden pagar con Paypal.

Mirta Romay, que desarrolla el proyecto en base a derechos globales, prefiere resguardar las cifras concretas de suscripción. Pero cuando suelta que esta aumentó 30% da una pauta del crecimiento que viene teniendo la plataforma desde que el mes pasado empezaron a ampliar la publicidad en redes. Están en una etapa de expansión, admite, antes de matizar que es muy incipiente. “Cuando la televisión comenzó a funcionar, acá en Argentina teníamos un teatro que se filmaba con los elementos de ese momento. Hoy permiten hacer una producción mucho más interesante, con una puesta de varias cámaras, posproducción de audio y sonido, se pueden analizar más el texto y la dramaturgia. O sea, tenemos elementos para hacer un producto que se acerca más a lo que Netflix ofrece, que son películas muy bien filmadas. No podemos decir que está en la misma categoría pero, sobre todo, va al disfrute de ver teatro en tu casa, cosa que antes se filmaba de una manera en la que se pretendía respetar el hecho teatral. Nosotros en realidad no hacemos eso. Ingresamos con cámaras que tienen muy buenos lentes, a tomar primeros planos, expresiones, recorremos esa historia que ves en un teatro con la edición y la posproducción, y en ese punto empieza a parecerse al cine. Además, hay algunas cosas que hacemos estrictamente para que se parezca más a una película. Por ejemplo, en algunas obras hemos hecho inserts para darle una presencia mayor a una escena”.

La elección del espectáculo tiene que ver con el interés que despertó en el público. Entonces, el equipo de Teatrix aborda al productor o al elenco para hacerles la propuesta. Si hay acuerdo, el primer registro se hace con una sola cámara, detectando planos, traslados en escena, momentos de quiebre. El rodaje definitivo se realiza durante una función ordinaria, porque después de hacer ensayos, terminaron corroborando que el actor se potencia en presencia del público. Y es mínimo el porcentaje de directores que desecha participar en el corte final. “Para ambas partes es de mucha riqueza”, recalca Romay, “porque leen su obra desde otro ángulo, distinto a la puesta en el escenario, y colaboran muchísimo en la comprensión de qué es lo que se quiso decir”. Pero no siempre las estrategias del equipo, apuntalado en Karina Kracoff como montajista y Osvaldo Ponce en la dirección de fotografía, son iguales. “No hay una receta. Cada obra plantea algo distinto, y ese es un trabajo que es la clave de Teatrix, porque plataformas de suscripción va a haber muchas. De esta especialidad, por ahora somos los únicos en Argentina. Lo que podemos dar como un distintivo, algo que nos identifique, es esta forma de contar la obra, que probablemente va a ser distinta de la que están haciendo los brasileños, distinta de lo que hacen los americanos con BroadwayHD, distinta de los ingleses con Digital Theatre o Global Player”.

Al mismo tiempo que dan a conocer Teatrix, establecen acuerdos y sondean otros mercados. Hablamos ya no únicamente de potenciales clientes sino de adquirir nuevo material que amplíe el catálogo (a la vez se está montando un archivo del teatro). “Estamos explorando un poco el teatro uruguayo, reuniéndonos con distintas organizaciones, por lo cual es interesante en este momento que la población uruguaya conozca que existe Teatrix”, dice esta psicóloga que, aparte de haber ejercido su profesión, exploró el área televisiva y se empapó del lenguaje digital trabajando en educación a distancia. La hija de Alejandro Romay, el apodado “zar de la televisión” de su país, que fue además un potente empresario teatral, confía en que “Teatrix está colaborando para que el teatro esté en la agenda de todos, que sea una alternativa válida, que antes no estaba; porque en tu casa tenías series, documentales, películas, y pará de contar”.