El papa Francisco aterriza hoy en Chile para comenzar una gira de cuatro días que provocó el rechazo de distintas organizaciones civiles y otros grupos anónimos.

Las autoridades chilenas confirmaron ayer que en los últimos tres días se registraron seis atentados contra iglesias católicas, todos en Santiago. Los ataques tienen características similares aunque, por el momento, no se ha podido confirmar que estén conectados y tampoco se ha identificado a sus autores. Lo que sí es seguro es que, en todos los casos, fueron motivados por la visita del papa.

Sólo en la madrugada del viernes, cuatro iglesias de Santiago fueron atacadas con bombas incendiarias o explosivas. En uno de los templos, la Policía encontró folletos que decían: “Papa Francisco, las próximas bombas serán en tu sotana”. En otro, una de las paredes amaneció grafiteada con la frase: “10.000 millones por el papa y los pobres nos morimos en las poblaciones”.

Otros dos incidentes tuvieron lugar ayer. Uno, en la madrugada, cuando funcionarios del Grupo de Operaciones Policiales Especiales encontraron un artefacto explosivo –que no llegó a detonar- en una parroquia de la municipalidad de Estación Central. Allí también se encontraron panfletos que rechazaban la visita de Francisco.

Unas horas después, Carabineros informó sobre el incendio de la fachada de una iglesia de la localidad de Melipilla. Una teniente de esa institución, Pamela Sandoval, dijo a la prensa local que además de los daños provocados por el fuego, los responsables hicieron pintadas en la vereda “en contra de la visita del papa”.

Por otro lado, miembros de la Agrupación Nacional de Deudores Habitacionales protestaron en la Nunciatura Apostólica, donde el papa se alojará mientras esté en Santiago. Según manifestaron, lo que repudian “no es la fe, sino los millones que gasta” un Estado laico en la visita de un pontífice.

El presupuesto para la visita de Francisco es de seis millones de dólares que serán aportados por la Conferencia Episcopal de Chile, de acuerdo con lo publicado en su página web, mientras que el Estado gastaría unos 11 millones.