El presidente de Bolivia, Evo Morales, inició su decimotercer año consecutivo en el gobierno sin hacer muchos cambios en su gabinete, a pesar de las críticas de la oposición y de algunos sectores del oficialismo, que esperaban una transformación.

Morales se prepara para encarar el año preelectoral en medio de protestas en su contra y con uno de los porcentajes de popularidad más bajos de su mandato. Según un sondeo de Equipos Mori, publicado el domingo por el diario boliviano El Deber, la aprobación del presidente cayó a 34% –en enero de 2017 era de 58%– y la desaprobación creció a 59%. El mismo estudio reveló que 70% de los bolivianos se opone al fallo constitucional que le permitió volver a postularse a la presidencia en 2019, pese a que los ciudadanos rechazaron esa posibilidad en un referéndum en 2016.

Distintos sectores políticos, incluidos algunos del oficialismo, esperaban que este panorama impulsara al mandatario a renovar a su equipo de gobierno. Sin embargo, ayer, en un acto en el Palacio de Gobierno, Morales conservó en el cargo a 18 ministros y sólo tomó juramento a los nuevos titulares de las carteras de Presidencia y Defensa. Al frente del Ministerio de la Presidencia, en reemplazo de René Martínez, estará Alfredo Rada, hasta ayer viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales. En tanto, el diputado oficialista Javier Zavaleta sustituirá en Defensa a Reymi Ferreira.

El presidente boliviano explicó que los ministros salientes dejan los cargos “por razones de salud” y les agradeció por su trabajo y su compromiso con el país. Ferreira se ausentó un mes el año pasado para operarse en Cuba de un tumor benigno detectado en el pulmón, por lo que se esperaba su salida del equipo de gobierno. Antes, Rada –sociólogo y economista– fue viceministro de Gestión Institucional y Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Internacionales, dependiente de la Cancillería, y ministro de Gobierno. Este último cargo lo abandonó tras el revuelo que provocaron los hechos conocidos como “de La Calancha”, en noviembre de 2007, cuando tres jóvenes fallecieron y más de 200 quedaron heridos por los violentos enfrentamientos entre la Policía y habitantes del departamento de Chuquisaca.

El diputado Zavaleta es arquitecto y fue uno de los fundadores del izquierdista y opositor Movimiento sin Miedo. En 2010 se alejó de ese partido y pasó a integrar el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS). Es diputado desde entonces.

A los ministros que ratificó en sus cargos Morales les reiteró que tienen un “compromiso” para que “Bolivia siga teniendo esta buena imagen a nivel mundial” y “que siga creciendo económicamente”. Además, insistió en que este año deberán afrontar “tareas pendientes”, como mejorar el sistema de Justicia, poner en marcha un seguro universal de salud y avanzar hacia la industrialización de los recursos naturales.

En las horas previas a que Morales anunciara su nuevo gabinete, los medios bolivianos hablaban de al menos siete cambios en el gabinete. Se quedaron cortos. Sectores afines al oficialismo manifestaron su deseo de que el nuevo equipo tenga un perfil más técnico y político, y abandone a sus figuras más “débiles”. Sobre todo, fue cuestionada la decisión de Morales de renovar en el cargo a la ministra de Salud, Ariana Campero, duramente criticada por no haber podido solucionar un paro de médicos que duró 47 días. El ex presidente boliviano Jorge Tuto Quiroga, opositor del gobierno, dijo que la permanencia de Campero en el gabinete es una “prueba clara” de que Morales no tiene “gente capaz” para asumir los cargos ministeriales y que, por eso, mantiene a los que ya estaban.

Algunos parlamentarios del MAS incluso abogaron por el retorno de ministros como Luis Arce Catacora, ex responsable de Hacienda y señalado por algunos expertos como el responsable del “resurgimiento económico” de Bolivia. Finalmente, esto no sucedió.