Una vez más, Islandia se colocó a la vanguardia en materia de igualdad. Desde el lunes, una ley exige a las empresas privadas y a los organismos públicos que tengan en planilla 25 o más trabajadores que cobran el mismo salario por el mismo trabajo realizado, sin importar su género, etnia, orientación sexual o nacionalidad. Si no logran certificarlo, deberán pagar una multa.

La ley –aprobada por el Parlamento islandés a principios de abril– fue promulgada por la primera ministra Katrín Jakobsdóttir, una de las 19 jefas de Estado o de gobierno que hay actualmente en el mundo.

El sistema ya se estaba aplicando en modo de prueba en algunas empresas. El Ministerio de Bienestar empezó a trabajar en 2008 en una forma de promover la igualdad salarial dentro de las empresas, una tarea que en 2009 pasó a ser liderada por el Ministerio de Igualdad y Asuntos Sociales, creado ese mismo año. En 2012, esa cartera instauró el Sistema de Gestión de Salario Igualitario para colaborar con las empresas de forma de revisar su estructura y verificar que no estuvieran pagando salarios distintos en función, por ejemplo, del género. En caso de que estuvieran haciéndolo, el ministerio ayudaba a hacer las modificaciones necesarias para igualar los sueldos. Hasta hace un par de días, las empresas podían solicitar este sistema de forma voluntaria.

Para muchos expertos y organizaciones sociales, la medida se veía venir, ya que Islandia se mantiene desde hace nueve años como el país con la menor diferencia salarial entre hombres y mujeres, según el último Informe Global de la Brecha de Género elaborado por el Foro Económico Mundial.

Detrás de esos avances está el trabajo constante de sindicatos, cámaras empresariales y organizaciones feministas, como recordó en estos días la Asociación Islandesa por los Derechos de la Mujer. “Islandia ya tenía una legislación que se supone que garantiza la igualdad salarial. De hecho, fuimos el primer país en aprobar leyes de este tipo hace más de medio siglo, en 1961. En ese momento, el Parlamento islandés tenía la esperanza de que se alcanzaría la igualdad de remuneración completa en sólo seis años, en 1967. Quizás una esperanza ingenua, pero ¿qué podíamos esperar de un cuerpo legislativo que en ese momento tenía sólo dos integrantes mujeres?”, manifestó la organización en su página web. Hoy, las mujeres integran 48% del Parlamento islandés.

Islandia espera erradicar completamente la brecha salarial para 2020, una lucha por la igualdad de género que comparte con otros países nórdicos como Noruega, Finlandia y Suecia, que ocupan los primeros puestos en el informe del Foro Económico Mundial.

En el resto de Europa, se está “a años luz” de la igualdad de género, según dijo en setiembre la comisaria de Igualdad de Género de la Unión Europea, Vera Jourova.