Después de un panorama previo marcado por la incertidumbre, el presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, finalmente suspendió la sesión que iba a tener lugar en la tarde de ayer para investir a Carles Puigdemont presidente de Cataluña. La sesión quedó postergada “pero no desconvocada”, aclaró Torrent, quien aseguró que se celebrará cuando haya “garantías”. No dio pistas sobre una posible fecha, si bien el reglamento del Parlamento catalán establece que la prórroga propuesta por el presidente debería ser de máximo diez días hábiles, salvo “casos excepcionales”.

El titular del Parlamento explicó que postergó la investidura para desenredar la “chapuza jurídica” que, a su juicio, significó la resolución del Tribunal Constitucional, que el sábado dictaminó que Puigdemont sólo puede ser investido si se presenta en el recinto parlamentario, con previa autorización del Tribunal Supremo. El tribunal respondió así a una petición del gobierno del presidente español, Mariano Rajoy, que, sin embargo, no explicitaba sobre esta cuestión.

“Ni un ministro ni un tribunal a 600 kilómetros de distancia decidirán quién es el presidente del Govern”, afirmó Torrent, por- que “es a los diputados, escogidos democráticamente, a quienes les corresponde hacerlo”. A continuación, recordó que cuando propuso a Puigdemont como candidato no adoptó una decisión “aleatoria ni personal”, sino que era el “fruto de la voluntad mayoritaria” del Parlamento conformado después de las elecciones de diciembre. “Como esta voluntad se mantiene, no propondré a otro candidato”, aclaró.

La decisión de Torrent, que pertenece a Esquerra Republicana de Catalunya, generó malestar en las demás formaciones independentistas. A los representantes de Junts per Catalunya, el partido de Puigdemont, no les cayó nada bien que Torrent anunciara una decisión que no les fue “consultada ni comunicada previamente”. Además, insistieron en la necesidad de realizar la sesión de investidura ayer, ya que se daban “las condiciones políticas”. Sobre esto último, la diputada Elsa Artadi dijo en Twitter: “Las garantías se cumplen hoy y la mayoría absoluta de 68 votos [en el Parlamento] la tenemos hoy”.

El propio Puigdemont –que supuestamente continúa en Bruselas– lamentó la decisión de Torrent en un mensaje grabado en el que pidió “unidad” para “superar los próximos desafíos”. Sobre la investidura, fue directo: “No hay ningún otro candidato posible ni otra mayoría parlamentaria alternativa”.

Los medios catalanes informaron que Torrent intentó ponerse en contacto telefónico con Puigdemont hasta en cinco ocasiones, pero él no atendió. Fuentes de Junts per Catalunya aseguraron que el ex presidente no suele responder al teléfono si no conoce el número, y que no le contestó a Torrent porque no siguió los canales que tiene establecidos para comunicarse con Puigdemont.

Al igual que Junts per Catalunya, los anticapitalistas de Candidatura de Unidad Popular (CUP) reclamaron que se celebrara la sesión de investidura el día en que estaba previsto, ayer, “por lealtad” al resultado de las elecciones del 21 de diciembre, según afirmó en Twitter el líder de la bancada del partido en el Parlamento, Carles Riera. Los diputados de la CUP mostraron su rechazo a la decisión de Torrent acudiendo al Parlamento a la hora prevista para la celebración de la sesión. Después de permanecer sentados unos minutos en sus escaños, en señal de protesta, se sumaron a las manifestaciones convocadas en los alrededores del Parlamento.

Las movilizaciones eran dos y, con algunas cuadras de diferencia, comenzaron a la hora en que estaba prevista la sesión. Las dos reclamaban la investidura inmediata de Puigdemont. Una fue convocada por las organizaciones Asamblea Nacional de Catalunya y Òmnium Cultural, mientras la otra fue organizada por los llamados Comités de Defensa de la República.

Unas horas antes de las declaraciones de Torrent, Rajoy dijo a Televisión Española: “En la vida hay mucho más que el señor Puigdemont, hay otros candidatos posibles”.