El gobierno y la oposición de Venezuela volverán a reunirse en República Dominicana con la mirada puesta en las elecciones presidenciales, que, por decreto de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), deberán celebrarse antes de mayo. La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) informó que asistirá al encuentro para, entre otras cosas, “exigir garantías electorales”. Gobiernos y organizaciones internacionales advirtieron que no reconocerán los resultados si no hay garantías de que será un proceso transparente.

“La delegación negociadora de la oposición asistirá el 29 de enero a República Dominicana a exigir las garantías electorales que permitan unas elecciones justas y así propiciar un cambio para nuestro pueblo y para, frente a la opinión pública internacional, protestar por estas últimas decisiones del gobierno y el avance de su visión totalitaria”, aseguró el sábado la MUD en un comunicado. El diálogo con el gobierno en la capital del país caribeño, que comenzó en diciembre, se reanuda así después de estar paralizado durante más de una semana por la inasistencia de la oposición.

La alianza opositora sostuvo que el gobierno de Nicolás Maduro “ha profundizado su posición de boicot a la mesa de negociación” al decretar de forma unilateral que las elecciones presidenciales –uno de los temas del diálogo– se harán en el primer cuatrimestre del año, y no en diciembre, como ocurre tradicionalmente en el país. También lo hizo al “ilegalizar” partidos opositores, agregó la MUD en el comunicado.

Los opositores afirmaron que acudirán a Santo Domingo para protestar contra estas decisiones, “que sólo buscan dinamitar un proceso de negociación en el que se sienten acorralados”.

La MUD pide la renovación de las autoridades electorales, la observación internacional de las elecciones, garantizar el derecho a votar de los venezolanos que viven en el exterior, levantar las inhabilitaciones a sus dirigentes y establecer reglas equitativas para la propaganda y la campaña, entre otras cosas.

Otra de las cuestiones que la alianza planteará sobre la mesa será, seguramente, la decisión que anunció el jueves de noche el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de ordenar al Consejo Nacional Electoral (CNE) inhabilitar a la MUD del proceso de validación de papeletas electorales que se llevó a cabo el fin de semana. El tribunal explicó que la MUD debe ser excluida porque su conformación “obedece a la agrupación de diversas organizaciones políticas ya renovadas y otras pendientes de renovación que podrán participar en el proceso electoral de carácter nacional”. El TSJ alegó que permitir la validación de la tarjeta unitaria de la alianza va “abiertamente” en contra “de la prohibición de la doble militancia”. El CNE anunció en Twitter que acató la decisión del tribunal.

Horas antes, una de las rectoras del ente electoral, Tania D’Amelio, informó que la MUD no podría validar su tarjeta en siete estados del país, donde la alianza se enfrenta a una denuncia penal por acusaciones de haber falsificado firmas cuando solicitó el referéndum revocatorio en 2016.

En Venezuela, el proceso de validación sirve para que los partidos que no participaron en las últimas elecciones o aquellos que obtuvieron menos votos que el equivalente a 1% del padrón electoral puedan presentar candidatos. Para que sean validadas, las formaciones deben presentar la adhesión al partido de 0,5% de los electores en al menos 12 estados del país.

La semana pasada, la ANC exigió a cinco partidos opositores, entre ellos la MUD, revalidar sus nóminas de militancia para poder participar en las elecciones. El partido Voluntad Popular, al que pertenece el encarcelado Leopoldo López, decidió no participar en el proceso de validación y quedó “autocancelado”, informó la magistrada D’Amelio. Este partido tampoco acompañará hoy a la delegación opositora en la reanudación del diálogo con el gobierno, al que recrimina “incumplimientos” de lo conversado en el proceso.

Los partidos que sí buscan ser validados ante el CNE son Acción Democrática (AD), formación más antigua del país, y Primero Justicia (PJ), el partido del ex candidato presidencial Henrique Capriles. Ambas formaciones comenzaron el sábado a recoger apoyos en todo el país.

Ese día, el secretario general de AD, Henry Ramos Allup, pidió el apoyo de los venezolanos “a favor de la pluralidad y en contra de la dictadura”, ante un “régimen que hace lo posible por cerrar las puertas a un cambio democrático”. El secretario general de PJ, Tomás Guanipa, se expresó en el mismo sentido: “para ponerle un muro de contención a una dictadura que está acabando con la vida de miles y millones de venezolanos”.

A modo de advertencia

Distintos gobiernos y organizaciones internacionales manifestaron su rechazo al decreto de la ANC. Uno de los primeros en reaccionar fue el Grupo de Lima –integrado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú–, que la semana pasada denunció que la decisión unilateral de la constituyente “imposibilita la realización de elecciones democráticas, transparentes y creíbles [...] y contradice los principios democráticos y de buena fe para el diálogo entre el gobierno y la oposición”.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, “saludó” la declaración del grupo y calificó de farsa la convocatoria de elecciones. “Para salir de la crisis hay que hacer elecciones libres, sin proscritos, con sistema electoral creíble, garantías para todos, observación internacional y sin presos políticos. Otra cosa es más dictadura”, consideró en un mensaje en Twitter.

Los mandatarios de algunos de los países que integran el Grupo de Lima fueron más allá y directamente anunciaron que no reconocerán los resultados de las elecciones. Uno de ellos fue el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien afirmó que “convocar unas elecciones sin dar las garantías necesarias para que sean consideradas transparentes, y así la oposición pueda participar con unas reglas de juego aceptables, es una decisión que tiene que ser rechazada por la comunidad internacional”.

El presidente argentino, Mauricio Macri, aseguró que su país “no va a reconocer esa elección” y acusó a su par venezolano de transformar al país en una “dictadura”. “Maduro ha tomado el pelo a toda la región y al mundo entero, ha generado optimismo con mediaciones de líderes de todas partes del mundo, pero lo único que ha hecho es seguir avasallando los derechos humanos”, agregó. Fuera de la región, una de las declaraciones que tuvieron más eco fue la del presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien pidió que la Unión Europea incrementara las sanciones a Venezuela. “Asistimos a una nueva deriva de autoritarismo. Las cosas van en la mala dirección y [con] las últimas decisiones las empeoran”, argumentó.

El jueves, en un acto en Caracas, Maduro dijo que los países que “han dado la orden” a los opositores de retirarse del proceso electoral lo hicieron “porque van a perder”. Y concluyó: “Vamos a las elecciones y estoy seguro que voy a ganar nuevamente con los votos del pueblo”.