La medida anunciada por el gobierno estadounidense de congelar una parte del presupuesto que destina a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, por su sigla en inglés) provocó la condena de las autoridades palestinas y de organismos internacionales.

La primera en rechazar la decisión fue la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Una de las integrantes de su Comité Ejecutivo, Hanan Ashrawi, dijo que, con el recorte, “la administración estadounidense parece seguir las instrucciones” del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, “de desmantelar de manera gradual una agencia que fue establecida por la comunidad internacional para proteger los derechos de los refugiados palestinos y darles servicios esenciales”. A la vez, Ashrawi acusó a Estados Unidos de dirigirse contra “el segmento más vulnerable del pueblo palestino y privarle del derecho a la educación, salud, refugio y vida digna”, además de crear condiciones “que generarán más inestabilidad en la región”.

Por otro lado, la dirigente palestina denunció que, “una vez más”, el gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, “prueba su complicidad con la ocupación israelí al intentar eliminar de la mesa otro asunto de estatus permanente”, como el referido a los refugiados palestinos.

Sus declaraciones responden a lo acontecido en la noche del martes, cuando el Departamento de Estado de Estados Unidos envió una carta a la UNRWA en la que se comprometía a aportar 60 millones de dólares en los próximos días, pero informaba que había “congelado” los otros 65 que tenía que entregar como parte de sus aportes mensuales. La agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) esperaba desde el 1º de enero la entrega de 125 millones de dólares por parte de Washington. La vocera del Departamento de Estado, Heather Nauert, explicó después, en conferencia de prensa, que la decisión se tomó porque “es necesario llevar a cabo una reevaluación fundamental de la UNRWA, tanto en la que opera como en la que se financia”. También insistió en que los fondos “no han sido cancelados”, sino que están “congelados” en espera de una “evaluación futura”, e intentó matizar el anuncio alegando que, “por lo menos”, su país no cortó completamente la ayuda a los refugiados palestinos, como se especuló en los últimos días.

Los rumores tenían fundamento: la embajadora estadounidense en la ONU, Nikki Haley, había manifestado su voluntad de eliminar completamente la contribución económica como castigo al rechazo expresado por la Autoridad Nacional Palestina a la política de Trump en la región. Dos semanas antes, el propio presidente estadounidense había alimentado los temores en un mensaje que escribió en Twitter: “Pagamos a los palestinos centenares de millones de dólares al año y no recibimos ni agradecimiento ni respeto. Ni siquiera quieren negociar un tratado de paz con Israel esperado desde hace mucho tiempo”. Y agregó: “Con los palestinos no queriendo hablar más de la paz, ¿por qué deberíamos hacerles estos masivos pagos?”.

Nauert aseguró que la medida “no pretende castigar a nadie”, sino que busca, simplemente, que otros países aumenten su contribución, ya que en los últimos años Estados Unidos aportó 30% del presupuesto de la agencia.

La preocupación de los palestinos fue compartida por la propia UNRWA. Su jefe, Pierre Krähenbühl, dijo ayer en un comunicado que “dada la relación larga, confiable e histórica entre Estados Unidos y la UNRWA”, la reducción de la ayuda “amenaza uno de los esfuerzos de desarrollo humano más exitosos e innovadores en Medio Oriente”. En tanto, Mohamed Odeh, el secretario del Comité Público que coordina el campo de refugiados de Qalandia (en el territorio ocupado de Cisjordania), advirtió en declaraciones a la agencia de noticias Efe sobre el “peligro” que supone el recorte para que las escuelas y los hospitales sigan funcionando. Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, se mostró “muy preocupado” por la decisión, porque la UNRWA brinda “servicios vitales”. “Espero firmemente que al final sea posible que Estados Unidos mantenga la financiación de la UNRWA, en la que tiene una participación muy importante”, dijo a periodistas.

También reaccionó a favor de los refugiados palestinos el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abulgueit, quien ayer pidió a los países árabes que recauden fondos para apoyar la “resistencia palestina”.

Hasta ayer, el único que defendió públicamente la medida de Trump fue el embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, quien alegó que la UNRWA hace un uso indebido de la ayuda humanitaria y la utiliza para apoyar la propaganda contra su país. “Es hora de que termine este absurdo y que los fondos humanitarios se destinen a su propósito: el bienestar de los refugiados”, opinó el funcionario en un comunicado.