En la línea de políticas que pretenden incluir a una mayor cantidad de estudiantes en el sistema educativo, el Consejo de Educación Secundaria (CES) implementará en 2018 una serie de dispositivos dirigidos a jóvenes con más dificultades para sostener su trayectoria dentro del sistema. Consultada por la diaria, la directora general del CES, Celsa Puente, señaló que se están diseñando entre nueve y diez dispositivos que tendrán una readecuación del Plan 2006 y se espera estén operativos entre marzo y abril.

La jerarca explicó que esos dispositivos se implementarán en alianza con el Ministerio de Educación y Cultura y eventualmente con alguna intendencia departamental, y tendrán el objetivo de “captar a otros jóvenes menores de 17 años que hayan desertado o no estén en el sistema por la razón que sea”. A diferencia de otros programas que han tenido el mismo objetivo, como el de Aulas Comunitarias, en este caso los dispositivos dependerán de un liceo, aunque en algunos casos no se desarrollen en el mismo edificio.

Puente detalló que está previsto que haya tiempo semanal de contacto entre los jóvenes del dispositivo y los del liceo referente, ya sea en espacios de taller o en actividades en el centro educativo. “El traslado va a ser de un lado a otro, indistintamente, según cómo quede más favorable”, añadió. Estos dispositivos estarán distribuidos en varios puntos del país, entre ellos Río Negro, Paysandú, Florida y Colonia.

Con respecto a la continuidad del Programa de Aulas Comunitarias (PAC), la directora del CES adelantó que este año el número de aulas se reducirá a cinco. Desde 2016, la idea de las autoridades es que estos dispositivos dejen de existir, y su número ha ido bajando progresivamente. En 2018 continuarán solamente en territorios donde el CES no tiene la certeza de tener una oferta que le permita llegar a los jóvenes objetivo.

Puente explicó que el fundamento para cerrar el PAC es que si bien las aulas “fueron un acierto en el momento en el que se crearon”, en 2007, cuando permitieron acercar al sistema educativo a muchos jóvenes a los que no se llegaba, se trata de un dispositivo que “no pudo evolucionar en su diseño” y las aulas “quedaron como unas cápsulas cerradas” que no cumplieron con su objetivo. Justamente, Puente recordó que el PAC surgió “como un programa puente para conseguir que esos chiquilines adquirieran una serie de habilidades y saberes que les permitieran ingresar al liceo, y eso no se cumplió”. Para ilustrarlo, mencionó que algunas aulas llegaron a desarrollar hasta el segundo año, y se rechazaron solicitudes de que continuara el tercero. “Yo hago una relación con qué habría pasado si Uruguay no hubiera superado el plan de emergencia”, en referencia al Plan de Asistencia Nacional a la Emergencia Social implementado en 2005. Es que las autoridades pretenden que todos los jóvenes tengan vínculo con algún centro de educación media formal, al que concurren otros pares con diversas procedencias sociales y culturales.

Para ello, Puente es consciente de que “el liceo tiene que sacudirse como organización”, algo que “es difícil pero tiene que ocurrir, tiene que ser una exigencia que el CES ponga sobre el diseño de las instituciones”. “Aun cuando aceptemos que hasta por cuestiones locativas armemos dispositivos que están en otro lugar, tenemos que asegurar un intercambio de trabajo en una serie mínima de horas entre los jóvenes que van al liceo y los que van a este dispositivo”, consideró.

En la salud

Actualmente, el CES está en proceso de instalar un aula en el Centro Hospitalario Pereira Rossell para atender a los niños y adolescentes que se encuentran internados y que no siempre pueden continuar con su trayecto educativo. El aula dependerá del liceo 12 del Parque Batlle, que es el más próximo al centro de salud. Incluso en este caso, está previsto que los niños interactúen con quienes concurren al liceo, que los visitarán en el hospital siempre que sea posible desde el punto de vista sanitario, detalló Puente. “El objetivo es que no pierdan la sociabilidad, generar una dinámica por la que todos aprendamos de todos, pero teniendo claro que todos son jóvenes, más allá de las historias de cada uno. No podemos aceptar que haya una fragmentación y una clasificación, en la que unos son de allá y otros de acá. Eso también cuesta mucho en secundaria pero es algo en lo que estamos trabajando empecinadamente”, concluyó la directora del CES.